Entre Aranguren y Arturo Jauretche corre el pasaje Portugal. Ubicado en el corazón de Caballito, está muy cerca del emblemático Parque Centenario. La calle mide aproximadamente 120 metros y posee una leve inclinación hacia una de sus arterias paralelas, Eduardo Acevedo. Por eso, si bien nace a mitad de cuadra de Aranguren al 100, culmina en Jauretche, pero más cerca de Acevedo que de Otamendi, la calle paralela que se encuentra del lado opuesto, es decir, hacia el oeste.
El trazado de Portugal, luego de Aranguren, cambia su nombre por el de Numancia, otro pasaje, que en este caso, finaliza en la Avenida Avellaneda. Por alguna razón considerada por las autoridades de turno (la nomenclatura de Portugal data de una Ordenanza de 1927) la traza, a pesar de ser muy similar, fue dividida mediante estas dos denominaciones. Pero si algún desprevenido caminara por la zona, probablemente de no observar los carteles nomencladores, no se daría cuenta de este cambio de nombre a un lado y al otro de Aranguren.
Con respecto a Portugal, que lógicamente, alude al país europeo, se trata de un pasaje muy tranquilo, adoquinado y desprovisto del nervioso tránsito automotor que caracteriza a vastos sectores de Caballito. El sentido vehicular tiene dirección hacia Arturo Jauretche y los coches se encuentran estacionados en el cordón derecho. La calle cuenta con algunos árboles, no muy añosos y un par de edificios. El más alto es de unos nueve pisos y el otro, más nuevo, mide aproximadamente la mitad. El resto, son casas bajas y en general muy coquetas, de no más de dos plantas.
La cuestión de la altura de las viviendas, es un tema que tuvo en vilo a los vecinos del pasaje, poco más de una década atrás. El furor por la construcción de torres que afectó a Caballito, también amenazó con entrometerse en el interior de esta especie de oasis barrial. Frente a la inminencia del levantamiento de edificios que irrumpieran en la serenidad de la cuadra, los habitantes plantearon una férrea oposición ante las autoridades de la Ciudad de Buenos Aires. Más de diez años más tarde, y considerando el aspecto actual de Portugal, su lucha ha sido efectiva, si bien no consiguieron evitar que en los terrenos que ocupaba una antigua fábrica de indumentaria deportiva (Diportto), luego de marchas y contramarchas, la Justicia finalmente aprobara la construcción de un ancho complejo habitacional. Se trata del mencionado edificio, cuya altura es de cuatro pisos.
