DEPORTE PORTEÑO

Cuarentena

UN RIVERPLATENSE NACIDO EN LOMA DE ZACCARELLO

“Nací el 20 de marzo de 1950 en lo que hoy es el barrio Parque Chacabuco, ahora resido en el vecino Caballito”, cuenta Osvaldo Gorgazzi. Se trata de uno más entre los numerosos integrantes del Centro para la Investigación y la Historia del Fútbol. Sin embargo, en su currículum ligado al CIHF hay un hecho que no puede ser soslayado: Gorgazzi ha sido el artífice de un histórico foro de Internet, donde hace casi veinte años, los “cihferos” comparten virtualmente sus experiencias. Esto que hoy quizás no llame la atención, en su momento –cuando la utilización de estas herramientas no era frecuente- resultó un gran suceso para aquellos historiadores y estadígrafos que de tanto en tanto, sólo acostumbraban a tener encuentros presenciales: “Durante una cena del CIHF de 2002 –recuerda Gorgazzi-, el historiador de Temperley, Marcelo Ventieri me pregunta algo de un partido de la Copa Competencia que su equipo favorito había jugado allá por 1920 y algo. Esa vez la reunión la habíamos organizado cerca de la sede de Tigre por un acto que se hacía por el aniversario de ese club. Si bien no tenía la información, me pareció que su pregunta, tenía que trasladarla a varios colegas al mismo tiempo, porque así era más probable que surgiera la respuesta. Al poco tiempo se me prendió la lamparita y armé el foro para el CIHF”. El 5 de agosto de 2002, entonces, nació el foro, todo un hallazgo para los albores de aquella década. “A pesar de los avances tecnológicos, el mismo todavía está vigente”, señala su fundador.

A propósito de su interés por los números futboleros, indica: “El recuerdo más lejano que tengo es haber leído que Estudiantil Porteño había sido campeón en 1931, cuando en todas las estadísticas que había visto hasta entonces, todo el llamado ‘amateurismo’ ni siquiera era mencionado. A partir de ahí me puse a buscar y buscar más información para tratar de encontrar la parte desconocida de la historia, hasta que di con la revista Sólo Fútbol y descubrí que existía el CIHF, por lo que empecé a frecuentar a importantes historiadores que estimularon todavía más mis ganas de buscar y buscar”.

El entrevistado afirma que le dedica a su pasión “alrededor de dos o tres horas por día”, y que su profesión está relacionada a la computación “pero ahora que estoy jubilado me puedo dedicar con más tiempo a cuidar a mi nieta”. Por otra parte “me gusta publicar mis estadísticas en la RSSSF, sitio de Internet con estadísticas de fútbol de todo el mundo y también estoy terminando un libro sobre la historia del fútbol argentino entre 1900 y 1924”, cuenta.

Gorgazzi relata una pintoresca anécdota: “Durante muchos años trabajé en el área de tecnología de la información de una empresa internacional de la industria automotriz. Un día, me mandan a una reunión en Estados Unidos y aproveché muy bien el viaje. Como ya sabía que en la Biblioteca del Congreso con sede en Washington había una copia del River Plate Sport & Pastime, material que por entonces no teníamos en nuestras hemerotecas, después de las horas de trabajo accedí a esa información tras conseguir un carnet provisorio que me extendieron, por mi explicación en un inglés rudimentario de lo que quería”.

Simpatizante de River Plate por tradición familiar, el padre de Osvaldo “vivía en la calle Ayacucho, cerca de la cancha de Alvear y Tagle. Un día observó que mucha gente transitaba por ahí y la siguió, descubrió que había un estadio, un partido y todo un mundo nuevo para él”, evoca. Aquel hecho anecdótico, desembocaría en un legado familiar “Mi papá empezó a preguntar. Claro, no había Internet, ni televisión ni tenía acceso a la radio. Al domingo siguiente creyó que iba a ocurrir lo mismo y con sorpresa vio que nada pasaba. Ahí descubrió que a veces se juega de local y otras de visitante, pero empezó a seguir al equipo de su barrio. Hoy, gracias a ese inicio, integro el plantel de historiadores del Museo River”.

En forma paralela Osvaldo desarrolló un importante interés por el barrio donde vivió en sus primeros años: “Soy miembro de la Junta de Estudios Históricos del Barrio Parque Chacabuco. La zona del barrio donde nací, se conocía como Loma de Zaccarello. O dicho de otra manera la parte de Flores, que desde 1968 pertenece a Parque Chacabuco. Para ser más precisos, cerca de la esquina de Pumacahua y Santander. Desde el 2001 vivo en la calle Puan a cuadra y media de la avenida Rivadavia. A tres cuadras de la Facultad de Filosofía y Letras”, apunta. Y a modo de epílogo, realiza un comentario acerca de las actividades de la Junta de Estudios Históricos: “Fueron impactadas por la pandemia pero nos mantenemos conectados con los adelantos tecnológicos. Por ejemplo, el 15 de mayo, día de Parque Chacabuco, organizamos una charla por Zoom sobre canchas y estadios de fútbol en la ciudad de Buenos Aires. Ahora, estamos preparando otra sobre el centenario del Cafferata, que forma parte de nuestro barrio”.

Foto: Osvaldo y su nieta. 

Leave a Reply