DEPORTE PORTEÑO

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PARTIDO INAUGURAL, EN RIVER

Hacía 28 años que la Argentina no organizaba una Copa América. En 1959, había sido la última vez. Por eso, lo ocurrido en el invierno de 1987 despertó grandes expectativas en nuestro país, ya que además, la Selección, un año antes, había ganado el Mundial de México. El evento, era esperado por la afición argentina con grandes ilusiones y con la satisfacción de tener en casa a los campeones del mundo. Sin embargo, con un rendimiento que no conformó, el equipo de Carlos Bilardo terminó en cuarto lugar, tras haberse clasificado en su grupo, y caer en semifinales con Uruguay y, a continuación, en el partido por el tercer puesto, ante Colombia.

El torneo se disputó en junio, muy poco después de la finalización de los campeonatos, en el país y en Europa. En consecuencia, los jugadores no llegaron en el mejor estado físico y el cansancio acumulado, probablemente haya incidido en el bajón futbolístico. El técnico convocó mayoría de “locales” y tres “extranjeros”: José Luis Brown (Brest de Francia), Pedro Pasculli (Lecce de Italia) y un Diego Maradona que en el Nápoli italiano, gozaba del dulce sabor de estar en la cumbre de su carrera. Los otros 19 integrantes de la lista de buena fe, participaban del torneo doméstico.

El debut fue un empate en un gol con Perú, en el Monumental. Abrió la cuenta Maradona e igualó Reyna, casualmente, el hombre que dos años atrás había pasado a la historia por la terrible marcación que hizo sobre Diego en Lima. Para el segundo y último partido de la fase de grupos, ante Ecuador, la Selección tenía la urgencia de ganar para clasificar, porque el primero de cada zona, pasaba a las semifinales. Aquí, la albiceleste recuperó la memoria y venció por 3 a 0 en forma contundente, con dos goles de Maradona y el otro de Caniggia, que entró por Alfaro en el segundo tiempo, cuando el partido estaba 0 a 0. El Cani, un joven que recién iba por su cuarto partido en la Selección,  abrió el marcador y tuvo una noche consagratoria. A partir de aquella Copa, iniciaría un fructífero recorrido internacional.

En semifinales, los dirigidos por Bilardo se toparon con el Uruguay de Oscar Tabarez y rivales como Francescoli, Alzamendi, Nelson Gutiérrez, Gustavo Matosas y Rubén Sosa. La Celeste ganó 1 a 0 con gol de Alzamendi. Después, también derrotaría a Chile por idéntico marcador (gol de Bengoechea) y levantaría la Copa. La Argentina en tanto, volvió a caer con Colombia por el tercer puesto: fue 1-2 con el descuento de Caniggia, tras una desventaja de 2-0.

Perlitas albicelestes.

Rosario Central acababa de consagrarse campeón del torneo de AFA, con la particularidad de que la temporada anterior, había salido campeón de Primera B. logrando su regreso a la máxima categoría. Pese al título “canalla”, hubo sólo un convocado de esa institución al seleccionado: Hernán Díaz.

En la lista de buena fe hubo tres jugadores que ni en esta Copa América ni en ninguna otra ocasión llegaron a jugar oficialmente en la Selección mayor: Oscar Acosta (Ferro), Jorge Theiler (Newell’s) y el tercer arquero –detrás de Islas y Goycochea- Jorge Bartero (Vélez).

Varios de los campeones del mundo no estuvieron en esta Copa. Por ejemplo, Nery Pumpido, Héctor Enrique, Jorge Burruchaga y Jorge Valdano. En cambio, la competencia sirvió para que Bilardo probara gente de buen rendimiento en el torneo local. Claudio Caniggia, Roque Alfaro y Juan Gilberto Funes (River), José Percudani (Independiente), Hernán Díaz y Darío Siviski (San Lorenzo) tuvieron así la chance de actuar varios minutos en el certamen sudamericano. Luego, sólo Caniggia y en menor medida, Hernán Díaz, prolongarían su trayectoria albiceleste.

Así lo viví yo.

En la tarde del 27 de junio de 1987, estuve en el Monumental, viendo el debut ante Perú. Fue mi primer partido “en vivo”, como espectador de la Selección. El equipo de Bilardo alistó a: Islas; Cuccuffo, Brown, Ruggeri y Olarticoechea; Giusti, Batista, Tapia (Caniggia) y Alfaro (Díaz); Percudani y Maradona. Acompañado por mi tío Andrés, estuvimos en la popular local del estadio de River, bien arriba aunque bastante alejados de la zona central de la tribuna, donde posiblemente estaría ubicada la hinchada dueña de casa. Del partido recuerdo poco y nada, más allá de la emoción que significó mi estreno internacional. Recuerdo, eso sí, que terminé pescándome una gripe y al día siguiente me quedé en casa viendo la Copa América por televisión. Vi, por ejemplo, la goleada de Brasil por 5 a 0 sobre Venezuela. Días después vencido por Chile, Brasil no pasaría la ronda inicial.

Foto: una secuencia del partido inaugural (twitter @TamminenJuha).

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