Pasaje Atacalco

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En esta ocasión, antes que comenzar a describir este pasaje de una cuadra situado en Palermo, conviene definir el origen de su nombre. Atacalco es un paso de la Cordillera de los Andes, en el departamento de Minas, provincia de Neuquén. La calle se denomina así por una ordenanza del 19 de mayo de 1905.
Más curioso que su nombre, resulta su trazado. A ciencia cierta, es un pasaje común y corriente, en línea recta. Pero lo que lo hace diferente, es su comienzo a partir de la calle Gorriti: Atacalco, arranca en forma de curva. Esta se desprende de Gorriti y, en el sentido del tránsito, va hacia la derecha. Aproximadamente cien metros después, la calle llegará a su final en Honduras. En el trayecto, sin embargo, hay unas cuantas cosas que vale la pena comentar.

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Atacalco y Honduras, barrio de Palermo.

La curva mencionada, ya de por sí, constituye toda una rareza. También, el hecho de que el pasaje sea muy angosto. Tanto lo es, que más de un vehículo por vez, no pasa por esta arteria asfaltada y con “lomas de burro” como reductores de velocidad. Durante nuestra visita, no obstante, casi no divisamos automóviles que la atravesaran, y eso que llegamos hasta allí en un horario donde el tránsito por la zona palermitana está a full…

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La calle comienza con una curiosa curvatura.

Pero sobre Atacalco, una suerte de oasis en medio del ruido de la gran ciudad, constituye la invitación a quedarse a disfrutar de un poco de silencio… y de sombra. ¿Sombra? Efectivamente. El importante follaje de la arboleda ubicada a lo largo de esta cuadra, enfrente de la línea residencial, ofrece abundante protección a la luz solar. La singular característica, sin dudas, convierte a esta callecita, en un reducto buscado especialmente en verano.

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De un lado las viviendas. Del otro, una tupida vegetación.

La arboleda corre paralela a las vías del Ferrocarril San Martín, que a esa altura está en un punto equidistante entre las estaciones Palermo y Chacarita.  Por ende, sólo de un lado hay viviendas, y son, en su gran mayoría, bajas y añosas. Hasta no hace mucho, había un santuario del Gauchito Gil en medio de la vegetación que separa la cortada de las vías -todavía es desconocido el motivo de su erradicación-, aunque ya no quedan rastros de él.
Cuando el trayecto termina, surge Honduras con todo su tránsito y el paso a nivel que la comunica con Juan B. Justo, y que de aquí a dos años, sería quitado como consecuencas de la elevación de la traza del ferrocarril, cuyas obras ya se iniciaron.  Asimismo, sobre Honduras, casi en la esquina con Atacalco, no pasa inadvertida la enorme fachada de un boliche bailable. Es la que permite deducir que los fines de semana, de noche y de madrugada, el pasaje deja de lado sus encantos diurnos para volverse cómplice de las andanzas nocturnas de jóvenes… y no tan jóvenes.

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El pasaje corre paralelo a las vías del FCSM.

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