TEA, encierro y ambientes amigables

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La columna de la Lic. Linares

Cuando nos referimos a TEA, hablamos del Trastorno del Espectro Autista, que es una condición que afecta en la Argentina, a entre 400.000  y 800.000 personas, tomando como referencia cifras internacionales ya que en nuestro país no hay aún un estudio epidemiológico. En las personas con TEA se encuentra alterado, en distintos niveles, el desarrollo de la comunicación y el lenguaje, la interacción social y la flexibilidad  de la conducta. El TEA es plural  y diverso, los síntomas se manifiestan en cada persona de forma diferente, por eso se habla de espectro. Por lo tanto, ante la situación de encierro, hay diferentes respuestas. A algunos niños y adolescentes les es difícil permanecer encerrados. Lo manifiestan  rompiendo en llanto, haciendo berrinches o  queriéndose autolesionar, en algunas ocasiones. Todo esto suma estrés al entorno familiar. Si bien nadie está preparado para este tipo de situaciones, para los niños con TEA, que suelen presentar una fuerte resistencia a los cambios en la rutina, todo es percibido como algo amenazante y que los desregula. Por otro lado también están los niños y adolescentes que se adaptan de mejor forma, o  no perciben totalmente lo que les ocurre.

Para establecer un entorno amigable dentro de hogar es beneficioso:

o             Mantener rutinas y crear nuevas.

o             Anticipar las actividades a realizar.

o             Ser flexibles y no presionarlos.

o             Tener siempre en cuenta sus intereses.

o             Ayudarlos a comprender la situación actual (si es necesario se pueden utilizar historias sociales, pictogramas, etc).

o             Ayudarlos expresarse, utilizando sistemas de comunicación alternativos y aumentativos.

o             Darles un incentivo, con cosas que les gusten.

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Algunas de estas estrategias pueden mejorar la situación de encierro, siempre y cuando nosotros, como adultos, podamos manejar nuestra ansiedad, permitámonos pedir ayuda y dejarnos ayudar, bajar nuestras expectativas y nuestra exigencia. Podamos manejar los enojos y los gritos. Las personas con TEA suelen ser muy sensibles y percibir los estados de ánimo de quienes las rodean.

Las circunstancias actuales nos permiten buscar momentos de distracción, podemos incentivarlos premiando las conductas positivas. Es un buen momento para revalorizar «el juego» aunque desordenemos la casa y hagamos lío. Los niños y adolescentes con TEA tienen una necesidad de «actividad sensorial», de movimiento, que muchas veces se ve obstaculizada por el encierro. A pesar de que el Gobierno evaluó la posibilidad de implementar «salidas recreativas» apedido de la Agencia Nacional de Discapacidad, con un familiar o  un Acompañante Terapéutico, esto no fue aprobado. Otra medida que los perjudicó fue la suspensión de las terapias, ya que muchas obras sociales no cubren la asistencia en línea, sea para adaptación de contenido escolar, seguimiento y demás.

También es un buen momento para que usemos la tecnología en aprender cosas nuevas, investigar, descubrir y disfrutar. Aceptemos que no tenemos respuestas para todo, apoyémonos en los demás, mantengamos nuestras redes de amigos, familia, vecinos  y creemos nuevas. Demos lugar a la prevalencia de ese entorno amigable para transitar esta situación de encierro y mejorar las condiciones de las personas con TEA.

Romina Linares

Para contactarse con la Lic.

Correo electrónico: romina_linares@hotmail.com.

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