VOLVÉ A SOPLAR, VIENTO NORTE…

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El Club Social y Deportivo y Cultural Viento Norte es una de las tradicionales instituciones de Saavedra. Pero hace un tiempo, viene atravesando circunstancias difíciles. Sobre el club, pesa una clausura del Gobierno de la Ciudad, y su actividad es nula.
Una de las personas que le está poniendo el pecho a la adversidad es Salvador Musa, un antiguo socio que sin mezquinar esfuerzos, a pulmón, afronta los requerimientos municipales y realiza los trámites para conseguir la reahabilitación de la sede.
Salvador nos recibió en la puerta y todo esto nos contó:
“La mejor época de Viento Norte fue del 60 al 75 o 76, más o menos. Yo recuerdo que se cerraba la calle Acha y se hacían carreras de embolsados, juegos para la juventud, se repartían juguetes. Era otro tiempo. Pero si hoy querés sacar a los pibes de la plaza para que hagan deporte, en vez de ayudarte te quieren clausurar. Te hacen miles de problemas”.
“Hoy por hoy está clausurado, pero se está tratando de hacer todo lo que se pidió para habilitarlo. Son 15 o 20 personas las que están colaborando. Nos exigen una salida de escape, un plano de evacuación. Cuando fui a hablar con la fiscal le expliqué que una cosa así no tiene ni siquiera el mismo CGP. En el juzgado le pregunté cómo hacían ellos para salir en caso de incendio…”
“Acá existe una ley de clubes de barrio. Una de las causales de la clausura, supuestamente, fue Viento Norte no está en el Registro Único de Entidades Deportivas. Pero eso no tiene que ver con un club de barrio. También se lo dije a la fiscal. Ese Registro es para los que reciben un subsidio del Estado, porque realizan competencias deportivas. Pero este es un club de barrio donde no se lucra en nada”.

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“Pienso que en algún momento se hará una asamblea  para formar una nueva CD. Hoy, no la tenemos. A  esto se llegó por los malos directivos, que no querían asociar a la juventud porque, según decían, molestaban. Pero me da la impresión de que en realidad querían quedarse con la propiedad. Esas personas abandonaron directamente el club, hace varios años. Por otra parte, también hubo dirigentes de los buenos, como Pedutto y Diego Peters”.
“Ahora la situación institucional no sabemos cómo está. Si uno supiera, sabría cómo moverse. Pero a la IGJ no podés entrar: cada trámite que querés hacer o cada papel que pedís, te sale plata”.
“La primera clausura se hizo en 2010. Después me presenté y estuvo todo bien. Pero hace unos meses vinieron a cerrar de nuevo. Ni miraron. Llamaron a la policía y pusieron la clausura. Volví a presentarme,  hice el alegato, y ahora estamos a la espera. Mientras tanto se sigue trabajando en las cosas que nos pidieron:  pintura, estructura, tableros. Parte de lo que cuesta eso lo conseguimos gracias a que yo, como jubilado, pude sacar un crédito en Anses”.
“Cuando se termine se va a solicitar en el CGP que hagan una visita para ver si se puede levantar la clausura.
Entiendo que no es fácil. El club no tiene ingresos. Antes  al menos había 30 o 40 pibes que venían a taekwondo y quedaban unos pesos. Ya no. Si hasta se cortó el gas por falta de pago. De agua se debe mucho. No se pagó más porque no hay plata”.
En la puerta, un letrero que indica “cerrado por reformas”, antecede a la oscuridad que reina adentro. Salvador sostiene: “Soy socio desde 1962, Tengo 67 años y prácticamente me crié en la cancha de bochas, que estaba acá pegada. En Viento Norte empecé jugando al baby fútbol. Después seguí en cancha de once en otros lados, pero no existía el dinero que se maneja hoy. Si no, quizás hubiera continuado”.
Luego saluda, y se queda mirando hacia Mariano Acha, esa sencilla callecita de su querido Saavedra, acaso con la secreta ilusión de que la suerte cambie. Sabe que es difícil y que además, sobrevuelan el peligro temido por tantas instituciones humildes: que un local sin actividad ni gente, sea expropiado por el Gobierno de la Ciudad.
Ojalá que en este caso las circunstancias no lleguen hasta ese punto, y que el Viento Norte, vuelva a levantarse con la fortaleza de antaño, para felicidad de la barriada que lo alberga con orgullo.

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FOTOS:
Arriba, la fachada de Viento Norte hace más de 30 años. Hasta fines de la década del 70, el club ocupaba el lote de al lado. Luego, compraron la propiedad vecina, reformaron e hicieron la mudanza.
Abajo: Salvadro Musa y algunos  amigos que le dejó el fútbol. Junto a César Luis Menotti y en la otra imagen, con Angel Cappa, en los Noventa, antes de que se fuera a México luego de dirigir a Racing.

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