LAS LOCURAS DEL «LOCO» HOUSEMAN

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Este sitio nos declaramos admiradores del genial René Orlando Houseman, un crack que brillara en la década del 70 y que algunos compararon hasta con Maradona y Pelé por sus condiciones futbolísticas. El Loco o el Hueso, brilló en Huracán, la Selección Nacional, y pasó por otros tres clubes capitalinos: Excursionistas, Defensores de Belgrano y River (además jugó en Independiente, Sudáfrica y Chile).

Gracias a la investigación que realizamos de su carrera, en la cual tuvimos la chance de dialogar con varios de sus amigos, conocidos, y con él mismo, desde esta sección proponermos ir rescatando historias y anécdotas vinculadas a su trayectoria futbolística y a las excentricidades que fuera de la cancha, contribuyeron a agigantar su leyenda. Arrancamos por estas dos.

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El Loco y Pelé. Fue en un partido amistoso entre Huracán y el Santos, por el festejo del campeonato del 73 obtenido por el Globo.

DE TAN BUENO, SE QUEDÓ AFUERA

Rodolfo Chitti, el técnico del sensacional equipo de Defensores de Belgrano en 1972, no tenía grandes intenciones de poner a Houseman como titular, al menos, en los primeros partidos del torneo. A veces, entraba como refresco en el segundo tiempo. Vicente Vidal Ayala, que era el wing derecho titular (René todavía jugaba de volante), en más de una ocasión se acercó al banco y le sugirió al DT: “Ponelo al pibe, así también se gana el premio”. En la quinta fecha, el destino obró de manera tal, que una complicada lesión de Ayala, lo obligó a dejar la cancha. En su lugar, improvisado en la función de puntero, entró Houseman. Y ya no salió nunca más.

EL REY DE LOS PENALES

Una de las grandes habilidades de René, consistía en fabricar penales, tirándose en el área sin que los árbitros sospecharan del engaño. Una vez, un veedor de la AFA fue a observar un partido de Defensores de Belgrano, donde Houseman volvió a hacer de las suyas. El árbitro de turno cayó en la trampa y sancionó la pena máxima, pero el veedor comprobó que no había sido penal y el hombre de negro fue parado por una semana. Una fecha más tarde, Defensores fue dirigido por otro réferi, muy amigo del anterior. Este se apersonó a los dirigentes. “En cuanto vea que el siete finge una infracción, le saco tarjeta”, amenazó. Eduardo Deluca, que manejaba el fútbol, le habló a René: “No hagas ninguna macana, mirá que este te echa”.  Houseman prometió portarse bien. A los veinte minutos de juego, penetró en el área, y enganchándose él mismo, cayó pesadamente. El árbitro no dudó un segundo: salió corriendo y marcó el penal.

 

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