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Llueve sobre Buenos Aires. Noviembre ya arrancó. Sin embargo, el clima fresco y húmedo se ha instalado por varios días en esta etapa del año. En un local de comidas rápidas, dos hombres conversan mientras consumen un refrigerio. Ambos traen sus respectivos paraguas. Los dos son de color negro. Pero sus formatos difieren completamente. Uno es pequeño y cómodo de llevar, una muestra de lo que de modo más frecuente se ve en estas épocas. El otro es largo, elegante, puntiagudo y tiene un mango curvo de color marrón. Se intuye que no sería fácil de trasladar a través de los vericuetos y el gentío de la jungla porteña. No obstante, esta herramienta para protegerse de la lluvia, es un fiel representante de los paraguas clásicos. Su portador comenta que ha sido adquirido en “Víctor”, la que acaso sea, la última paragüería de la Ciudad de Buenos Aires y tal vez, de la Argentina entera.

En el límite entre Almagro y Boedo.

Paragüeria Víctor se encuentra en el barrio de Almagro. Independencia 3701, esquina Colombres, es su domicilio (cruzando Independencia, ya es Boedo). Y si bien su historia se remonta a mediados del siglo pasado, también su gente ha sabido adecuarse a estos tiempos. En consecuencia, posee un moderno sitio web en el cual se dan a conocer sus productos y servicios, se ofrece atención vía whatsapp y se resume su historia. Así es posible saber que la paragüería fue fundada gracias a la labor de Elías Fernández Pato, quien, nacido en Galicia, España, llegó a Buenos Aires en 1950. Luego de dedicarse a otros menesteres, se abocó al rubro en 1957. Explica la página paragueriavictor.com: “… inducido por sus primos que eran paragüeros ambulantes se inició en la profesión, durante unas vacaciones. En abril de 1955 renunció a su trabajo y se dedicó de lleno a los paraguas. Durante dos años fue paragüero ambulante en Ensenada y Berisso, al grito de ‘paragüero…’ atraía a sus clientes, cuenta que hasta había un loro, que repetía su voceo. En 1957 se casó con Haydee Lidia Gómez Dopazo, hija y nieta de paragüeros y el 21 de septiembre de ese año abrió su primer negocio de compostura y venta de paraguas en Independencia 3910. En 1967 se trasladó a Independencia 3709 y en 1979 a la esquina que ocupa hoy, en Independencia y Colombres, donde trabajó con su cuñado Jorge Gómez Dopazo, hasta la muerte de éste último. En cincuenta años el negocio acompaño los vaivenes de la economía del país, con épocas de esplendor y otras de total desasosiego. Hoy en día está a cargo del mismo su hijo Víctor, sigue restaurando paraguas y, vendiendo sombrillas, abanicos y bastones”.

Una noche lluviosa en Buenos Aires (foto principal). Abajo, la vidriera del histórico local (paragueriavictor.com).

La variedad de productos ofrecidos en el local de Almagro es realmente amplia: se venden paraguas para damas y caballeros. También los Premium con estas variantes: Doppler, Nacionales, Knirps y con protección UV. Hay para niños y hasta para protegerse mientras se juega al golf. Más allá de paraguas, en el stio pueden hallarse bastones, calzadores, cepillos, quitazapatos, carteras, mochilas, billeteras y portacelulares. Y, por supuesto, paragüeros.

¿Y si se rompen?

¿A quién no se le ha roto un paraguas? En la señera empresa familiar, también se hacen arreglos. Sí, la tienda ofece reparaciones, aunque una prolífica explicación que puede encontrarse en su portal, indica no siempre esto es factible: “… es importante señalar que no todos los paraguas tienen arreglo, y de aquellos que podrían ser arreglados, no en todos se justifica hacerlo. Diversos factores como el material con que están confeccionados, así como el valor real del artículo (más allá de que se haya pagado muy caro) nos obligan a rechazar su reparación. Sólo viéndolos en nuestro local podemos decir si tienen arreglo y cuál es el valor de este. Ningún otro método permite la evaluación del posible arreglo. Todos los paraguas que hay a la venta en el mundo, desde hace más de 20 años se fabrican en China, no hay de otro origen, ni aquí, ni en otro país. En lo que pueden diferir es en el origen, pueden ser paraguas chinos importados desde Italia, paraguas chinos importado desde España, o de cualquier otro lugar, pero la fabricación será siempre en China. Los productos que vendemos han sido probados meticulosamente, con el afán de ofrecer un producto de calidad. No obstante, ningún paraguas es indestructible, se rompen con vientos fuertes, y se deterioran con el uso indebido. En el momento de efectuar la compra el vendedor lo instruirá sobre las acciones que se deben tomar para prolongar la vida útil de los mismos”.

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