Iban a asfaltar, pero finalmente no lo harán por la contrariedad que un grupo de vecinos expresó al respecto. El pavimentado estaba planificado para un tramo de unas tres cuadras y medias de la calle Superí, entre Virrey Loreto y Elcano (entre el 1100 y el 1300), en el barrio de Colegiales. Los operarios con su maquinaria se aprestaban a iniciar los trabajos, cuando una manifestación pacífica de vecinos intervino a favor de la no eliminación del adoquinado. La gente del lugar reunió firmas y escribió una considerable cantidad de mensajes en cartulinas, distribuyendo las mismas en postes, árboles y frentes de viviendas. Las peticiones apuntaban al deseo de que la calzada no tuviera que resignar su histórico adoquinado. Por Superí pasa una ciclovía, la cual, obviamente, no está empedrada. Tampoco lo está el resto de la calle, ya que a partir de Elcano, sí cuenta con asfalto. Pero el pequeño tramo en cuestión es por demás tranquilo: no hay circulación de colectivos y el tránsito en general es escaso, hecho favorecido porque en Virrey Loreto, Superí tiene su origen.
De acuerdo a los argumentos esgrimidos en contra de las modificaciones, el mencionado tramo no cuenta con desagües, situación que en caso de lluvia, provocaría que el agua caída corriera por una marcada pendiente y desembocara en Elcano, inundando dicha zona. En la pérdida del valor histórico del adoquinado, se apoyaba otro de los reclamos.
La incertidumbre duró sólo algunas horas… Hasta que los funcionarios encargados de tomar la decisión, resolvieron aceptar la inquietud de los habitantes del barrio y no asfaltar. Desde la cuenta de Instagram @comercio_colegiales, confirmaron: “Los vecinos lograron parar el asfalto de la calle Superí. Buen ejemplo de participación ciudadana”.
Foto: Superí en su intersección con Virrey Avilés.