El 12 de octubre, celebró sus primeros 90 años. Inaugurado en 1927, debe su nombre a la comunidad irlandesa en Buenos Aires, ya que bajo el mandato del intendente Horacio Casco, se le rindió homenaje llamando así a la plaza. El acontecimiento lo cubrió, incluso, la prensa de dicho país. Cinco años antes de su apertura, los terrenos habían sido adquiridos por la Municipalidad (Carlos Noel era intendente de Buenos Aires) a la Asociación Católica Irlandesa. Una de sus esculturas, el mástil -obra de Luis Perlotti-, se inauguró en 1935 y representa la confraternidad entre la Argentina e Irlanda. Los demás monumentos distribuidos en sus 52.600 metros cuadrados son La Fe, La Esperanza, La Caridad, Idilio y el busto de Padraig Pearse (un poeta y revolucionario irlandés).Por superficie, es uno de los espacios verdes más importante de la Capital. Entre sus tantas atracciones, cuenta con un anfi teatro, calesita, anchos senderos -ideales para andar en bicicleta y karting-, sitios para hacer deportes y un centro de jubilados con cancha de bochas.
Por supuesto, también juegos para niños y sectores con mesas. De los ‘70 proviene su inmensa arboleda: en esa década, la plaza se reformó y se plantaron cuantiosas especies.
Está en Caballito, delimitada por Gaona, Donato Álvarez, Neuquén y Seguí.
