Algunas son más relevantes que otras pero todas se sucedieron bajo el cielo de CABA a través de las últimas semanas. Eligimos estas noticias que tienen que ver con el mundo porteño.
UNA CIUDADANA LLAMADA Claudia Heras tomó la posta y denunció en la Justicia algo que muchos capitalinos sostenían: la poda de los árboles se estaba haciendo mal. La vecina elevó la protesta formal en junio y a fines de noviembre, la Cámara en lo Contencioso Administrativo y Tributario le ordenó al Gobierno porteño que suspenda la poda y/o tala del arbolado público.
Los fundamentos del reclamo vecinal, están sustentados en el destrozo sufrido por los árboles tras el paso de las cuadrillas municipales, que en realidad son empresas contratadas por la Ciudad. La Justicia ordenó que sean respetados los lineamientos de la Ley de Arbolado Público Urbano. Es decir, que se evalúe técnicamente cada intervención, que se disponga de personal técnico habilitado y capacitado; y que se corrobore la capacidad del personal para la evaluación técnica de los árboles.
Los funcionarios de la Ciudad a cargo de la cuestión, señalaron que las empresas contratadas fueron intimadas a cumplir con la Ley y que están estudiando la elaboración de un censo del arbolado porteño.
EN UN GIGANTESCO OPERATIVO llevado a cabo en el barrio de Once, fueron secuestrados aproximadamente veinte mil juguetes que se vendían de manera ilegal. El procedimiento estuvo a cargo de la División Contravenciones y Faltas de la Policía de la Ciudad y la Agencia Gubernamental de Control porteña (AGC), que allanaron negocios y depósitos de Plaza Miserere -la denominación oficial del barrio-, encontrando esa cantidad de elementos que no habían atravesado los controles exigidos por la Secretaría de Comercio y carecían de sello de seguridad. También se decomisaron cerca de 800 accesorios para celulares. En algunos comercios infractores se labraron actas por violación al articulo 77 del Código Contravencional, que contempla el impedimento para vender ciertos artículos sin tener habilitación correspondiente.
Los elementos ingresados al país ilegalmente, fueron trasladados a un depósito judicial de la zona de Barracas.
TODO COMENZÓ EN EL PRIMER SEMESTRE con una consulta de la Ciudad hacía los usuarios, que terminó con una contundente respuesta: 84% a favor del corrimiento del horario del subte por media hora. Es decir, en vez de 5 AM hasta 23 hs, la gente optaba para que fuera de 5.30 a 23.30, ya que muchos pasajeros se quedaban sin viajar por el cierre a las 23 y en cambio, eran menos los que viajaban entre las 5 y las 5.30.
La modificación estuvo a punto de implementarse en julio, pero los metrodelegados se negaron rotundamente, argumentando la necesidad de plazos más largos para adaptarse a los cambios. También pusieron de manifiesto su propósito de que la franja alcance su histórico horario de 5 AM a 1 AM -cuando el subte era estatal-, algo que no es factible a raiz de que en la madrugada se realizan obras, según replicó el Gobierno.
En conclusión, se postergó la medida y en el transcurso de cinco meses se sucedieron negociaciones para acordar el corrimiento horario. El 4 de diciembre, finalmente, éste se puso en marcha: de lunes a viernes en la franja indicada y los sábados, de 6 a 24 (se corrió una hora). La excepción son los domingos y feriados, que siguen con sus cronogramas habituales.
Pero el disconformismo de los gremios no se frenó, lo que se reflejó el día del debut del nuevo horario. Esa jornada hubo interrupciones y malhumor en los pasajeros. El Gobierno entretanto, volvió a justificar la medida asegurando que si bien hay 2000 personas perjudicadas, representa una ventaja para 140 mil.
