En tiempos de crisis, su función en una entidad barrial es clave. Fernando Fernández explica la situación en Imperio Júniors.
Imperio es un club viable. Está con todas las cuentas ordenadas, con los sueldos al día: impuestos, cargas sociales, servicios, proveedores. Estamos logrando la viabilidad pese a lo difícil que está la situación para este tipo de instituciones. Por el momento, diría, que estamos bien
Para los clubes uno de los problemas más grandes es el de las tarifas. Un club como éste, estaba pagando boletas que rondaban los 3 o 4 mil pesos. Hoy totalizan cerca de 75 mil si contamos los tres servicios principales, luz, gas y agua. Es altísimo el impacto. Eso, durante el año, alcanza un acumulado de un millón de pesos. Es muchísima plata.
En nuestro caso, para hacerle frente al problema, resolvimos suspender las obras importantes que veníamos haciendo durante los últimos años. Esas inversiones hubo que pararlas para mantener el club abierto. Supongo que a todos les pasa algo similar. Nosotros tenemos una economía muy prolija. Volcar los aumentos a una cuota social significaría prácticamente el exterminio.
La cuota social es de 240 pesos. Sería imposible llevarla a mil. Lo mismo, el arancel de las actividades. Nosotros logramos que el principal ingreso no sea la cuota. Tratamos de suplantarlo con creatividad, llevando a cabo acciones paralelas: actividades y alquileres extraordinarios, colonia de vacaciones, publicidades, eventos, festivales de boxeo… Hoy, las cuotas son el 20 o 25 por ciento de los ingresos. Como el impacto de la cuota social no es tanto, conseguimos mantenerla baja. En otros clubes se da que dependen exclusivamente de ese ingreso y hoy casi no tienen viabilidad.
El Déficit Operativo Mensual es una realidad que sufren todos. Los clubes de fútbol lo equilibran fácilmente, vendiendo jugadores. En nuestro caso, no tenemos jugadores de básquet que podamos vender. Tenemos que balancear el D.O.M. con otros recursos, como ser las actividades que mencioné, y la colaboración de comerciantes del barrio que aportan su pequeño granito de arena. Todo ayuda.
El básquet es el deporte insignia. La fundación fue en 1935 y desde 1954 se lo practica. Actualmente estamos en la A de la Federación Metropolitana. Pero también hay disciplinas muy importantes como water polo, boxeo, patín y taekwondo.
En relación a los subsidios, no se recibe prácticamente nada. Las promesas de subsidios son todas mentirosas. Si vas a pedir una rebaja en la luz o el gas, te responden que en Capital aún no hay. Ni siquiera te toman la papelería. Hablé con varios dirigentes colegas y les ocurrió lo mismo. Aún teniendo los papeles al día. Recién ahora estamos tramitando por medio de la Secretaría de Deportes, el cambio de la iluminación por luces Led, que bajarían el consumo eléctrico. Ellos dicen que va a salir pero por ahora no tuvimos novedades.
Tenemos alrededor de mil socios y aparte están los que realizan actividades sin ser socios. Es gente que no quiere comprometerse con pagar una mensualidad y se le permite practicar igual ese deporte, sin que estén asociados. Aproximadamente, son otras mil personas.
Yo llegué a Imperio en 2001-2002. Gobernaba una comisión normalizadora porque el club estaba acéfalo, inmerso en una crisis muy grande. Yo me sumé a esa gente que se puso a trabajar para sacar la situación adelante. En principio acompañaba a mi hijo, que jugaba al básquet. Pero eso era anecdótico porque él jugaba su partido, y yo el mío. La actual, con algunas modificaciones, es la misma Comisión Directiva que está desde ese momento. En este período fui secretario, integré la subcomisión de básquet… Por lo general, en estos clubes los dirigentes rotamos por distintos puestos porque no hay gente que quiera desempeñar una función dirigencial.
Más allá de las tarifas, uno de los problemas más graves es la falta de participación. En un club como éste, con mil socios, a una asamblea van 14 o 15. Si nunca se llegó a una votación para elegir autoridades, es porque no hubo más de una lista. Cada vez cuesta más que la gente se involucre y ad honorem, quiera dedicar una o dos horas diaras de su tiempo.
