Se los ve por Buenos Aires de manera constante. Atraviesan calles, avenidas, ciclovías, veredas… Hay una diferencia, eso sí, con respecto a lo que acontecía hace unos años: ya no están detenidos en cualquier parte de la vía pública, sin “dueños” y con apariencia de haber sido abandonados en plena ciudad. Esto tiene un motivo concreto, y es que las seis empresas que estaban encargadas de brindar aquel servicio, dejaron el país. El uso de los monopatines eléctricos había tenido su apogeo a partir de que en mayo de 2019, el Gobierno de la Ciudad autorizó la circulación de estos vehículos por la vía pública y algunas empresas comenzaron a ofrecerlos en alquiler. Así fue como progresivamente, el ámbito porteño se fue llenando de vehículos. Eran mayoritariamente de color verde y se los podía utilizar abonando un costo mediante una aplicación para teléfonos celulares. Llamaba mucho la atención, que la gente, luego de usarlos, los dejara a la deriva, en cualquier parte de la Ciudad, sin un espacio fijo para estacionarlos. De todos modos, esta extraña situación no significaba que las empresas hubieran perdido el control de los vehículos, ya que al parecer, todo estaba monitoreado digitalmente.
Sin embargo, la llegada de la pandemia modificó el panorama. En marzo de 2020 la circulación de gente a través de los medios de transporte sufrió una brusca caída y el uso de los monopatines eléctricos, en consecuencia, también se paralizó. Luego, a medida que la Ciudad fue recobrando su ritmo habitual, volvieron a las calles, pero ya sin el concurso de las empresas, que afectadas por las circunstancias desfavorables que se vivieron, se desvincularon.
Los usuarios particulares, en cambio, regresaron con entusiasmo al cemento porteño. Seducidos por el novedoso método de movilidad sustentable, son numerosos los ciudadanos que resolvieron subirse al monopatín tras comprarlo en el vasto mercado en el cual se los ofrece, a precios muy variados (arrancan en mil dólares, aproximadamente).
Para 2023, existen planes de reflotar el antiguo sistema de alquileres, que beneficiaría, por ejemplo, a quienes no pueden costear precios que no son para el bolsillo de cualquier vecino. La Secretaría de Transporte y Obras Públicas realizó un llamado a licitación y en marzo, las empresas interesadas podrían reiniciar las actividades destinadas al alquiler de los monopatines. El mismo contempla la creación de espacios para estacionarlos, así como tienen las Ecobici.
