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EL ENCUENTRO DE DOS “POTENCIAS”

En esta sección se acaban de analizar los pasajes de todos los barrios de la Ciudad de Buenos Aires. Y si no son todos –ya que es realmente complicada la tarea de identificarlos al cien por ciento- probablemente en más de un noventa por ciento sí han sido enumerados, tomando como referencia los barrios en los cuales se encuentran. El tema “pasajes” probablemente no sea muy popular. No es tanta la gente, que siente deseos de conocerlos, recorrerlos, observarlos… Pero sí hay otros que han sentido por estas mini-arterias una especial atracción. Uno de ellos es Pablo Bedrossian, quien en su sitio web pablobedrossian.com, también ha separado una sección especial dedicada a los pasajes porteños. Otro, de sus amantes es Eduardo Luis Balbachan, quien escribió el libro “Los ignorados pasajes de Buenos Aires”, obra literaria cuyo primer eslabón data de 1982 y que se compone ahora de tres ediciones, pues en 2010, se publicó la segunda y a principios de esta década, la tercera.

Lo asombroso –o en verdad, no tanto- es que ambos, Bedrossian y Balbachan, más allá de la identidad armenia que se desprende de sus apellidos, se hayan reunido por primera vez, con la temática “pasajes” como eje principal de la charla. Ese encuentro quedó documentado en la web de Pablo, quien se contactó con Eduardo, según se vislumbra en la nota, con el respaldo de una profunda admiración por la la literatura que este último publicó en papel.

“Tiempo después tuve el honor de conocerlo –relata Bedrossian, poniendo como contexto el año 2014-. Descubrimos que ambos éramos colegas (el Dr. Balbachan es nefrólogo; quien escribe, cardiólogo) y que teníamos varios conocidos en común. Fue un lujo conversar con él, pues, como en sus publicaciones, compartió sus conocimientos en forma amena, precisa y generosa. Me obsequió la segunda edición del libro, mucho más completa y visualmente más atractiva; basta señalar que la primera edición de tenía 142 páginas y la segunda, 222 páginas de un tamaño mayor”.

Del encuentro surgió la foto que ilustra esta nota. “A partir de allí intercambiamos mensajes que servían para aclarar mi dudas y corregir mis errores. Por ejemplo, fue él quien documentadamente me enseñó que la palabra pasage, con g, usada, por ejemplo, en el frente del pasaje Costa, no correspondía a un galicismo -como yo suponía-, sino que era una herencia de la grafía medieval que se mantuvo hasta el inicio del siglo XX”, añadió Bedrossian, que informó también acerca de la composición de la tercera edición del libro, que en el momento de la entrevista, todavía no estaba en la calle: “Es una edición con portada a color; son 570 páginas de extraordinario contenido para los amantes de Buenos Aires”, señaló. Y con respecto a sus características, informó: “La obra está dividida en secciones denominados libros. El Libro 1 trata sobre pasajes peatonales habitacionales (con viviendas)”. Con respecto al Libro 2, el autor da cuenta sobre los pasajes privados (los no incluidos en la red vial oficial). Luego, el Libro 3 “se ocupa de seudopasajes peatonales (senderos interiores de los conjuntos de viviendas sociales o minibarrios)”,

Por último, hay un apéndice referido a “pasajes desaparecidos, un listado general de pasajes vehiculares, y un adendum con pasajes vehiculares de interés, como el Buteler, el famoso pasaje en X de Boedo, el Julio S. Dantas de Villa Santa Rita, vecino al pasaje Granville, y cortadas, como el pasaje Bidegain y los pasajes particulares de Floresta y Liniers”.

Foto: el encuentro entre Balbachan (a la izquierda) y Bedrossian, con el libro “Los ignorados pasajes de Buenos Aires” en el centro.

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