Viaje en el colectivo 168. Sentada en un asiento del fondo, una mujer de unos 40 años habla por teléfono. Su voz se escucha con nitidez a varios metros. Charla en tono cordial con la madre del novio de su hija -probablemente adolescentes- por una problemática muy actual: la nena se niega a aceptar límites. En su conversación, cuenta algo parecido a esto: «Dijo que se va a quedar a dormir en tu casa tres días seguidos. Le contesté que no, que todavía es chica. Tal vez un fin de semana de por medio podría ser, pero lo que quiere es demasiado. Igual no me da bolilla. Te pido que le digas a tu hijo que no es posible. Estemos juntas en esto». Aparentemente, su interlocutora piensa lo mismo y las «consuegras» pelearán codo a codo la dura batalla.
Como se dice de modo risueño si el calor aprieta, la Ciudad de Buenos Aires es un horno. Ya avanzado marzo, la temperatura superó los 30 grados y la sensación térmica, según la radio, llegó a 41 en un mediodía a pleno sol. En este agobiante contexto, llama poderosamente la atención la ropa que viste un muchacho parado en una avenida porteña: tiene un equipo de gimnasia compuesto por pantalón largo y campera. Pero la escena no resulta tan estrambótica cuando se consigue apreciar que el hombre está junto a una motocicleta con caja térmica en su parte trasera. Claro, es motoquero. Y sabido es que estos trabajadores, debido a la velocidad que desarrollan a la intemperie, precisan una vestimenta especial para circular por las calles.
Mediodía en una plaza porteña. Una chica que pasea a su perro se comunica con el SAME. Pide una ambulancia. ¿Qué ocurrió? Un hombre, adulto mayor, tropezó y se cayó en una escalinata. Se lastimó una pierna y la cara. Varias personas lo ayudaron y a la espera del servicio médico, se quedó sentado en un banco, acompañado, entre otros, por un par de policías y la dueña del perro. Cerca de media hora después, llegó la ambulancia. Fue atendido por alrededor de 15 minutos. Una de las calles adyacentes se interrumpió al tránsito en la cuadra de la plaza, dado que el vehículo debió detenerse en medio de la calzada, al haber autos estacionados sobre ambas márgenes. Tras evaluar su estado, el cuerpo médico decidió trasladar al hombre a un hospital para su mejor atención.
Un día más en Buenos Aires. Anochece sobre Villa Crespo. Y todo transcurre al mismo tiempo: la persona que toma café en un bar, la que espera el colectivo, la que baja al subte, la que sale del supermercado, la que revisa los contenedores de basura, la que camina predispuesta a darle una ayuda al necesitado, la que acepta un vaso de café y unos bizcochitos, la que conversa con el de la lado, la que va absorta en sus pensamientos. Y en la antesala de una entidad bancaria, un contraste que duele: una persona operando en el cajero, mientras a unos centímetros, alguien duerme en el piso, tapado con una manta. Es en la Avenida Corrientes, aunque podría ser en cualquier rincón de la Ciudad.