[alert style=»red»]Algunas son más relevantes que otras pero todas se sucedieron bajo el cielo de CABA a través de las últimas semanas. Eligimos estas noticias que tienen que ver con el mundo porteño.[/alert]
SE LA LLAMÓ LA SEMANA DEL COPETÍN y estuvo organizada por la Cámara de Cafés y Bares de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (AHRCC). Su objetivo, consistió en poner en valor el copetín, una tradición porteña que al parecer, se ha ido deteriorando en las últimas décadas.
Unos 120 establecimientos capitalinos adheridos –en su mayoría, bares notables, clásicos y modernos- buscaron convocar a la gente mediante una económica propuesta: ofrecer, por cien pesos (promoción sólo disponible de 19 a 21 horas), un aperitivo y una picada. Para generar mayor interés, se dispuso que además hubiera talleres, charlas y catas gratuitas a cargo de las marcas Gancia y Tregar. Este evento, también estuvo auspiciado por el Gobierno de la Ciudad por intermedio de su apéndice BA Capital Gastronómica.
DURANTE MUCHOS AÑOS funcionó la feria de pájaros y peces en Nueva Pompeya. En Avenida Sáenz al 700, los puestos se armaban cada domingo. A fines de octubre, sin embargo, la ferio cesó sus actividades por una disposición del Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires, que tomó esta determinación como consecuencia de que los feriantes no contaban con la documentación en regla.
Desde la Agencia de Protección Ambiental informaron que el cierre tiene carácter temporario y que las actividades volverían cuando se cumpla una ordenanza de instalaciones fijas anti-incendios, y cuando los trabajadores tengan los certificados exigidos para desarrollar esta actividad.
En procedimientos anteriores, los inspectores de la Fiscalía de la Ciudad ya habían clausurado puestos ilegales y rescataron unos 2400 ejemplares, entre lagartos, tortugas y aves de diferentes especies.
EN OTRA FERIA MUY CERCANA -en el Bajo Flores, precisamente- y en la misma época, otro procedimiento terminó con el secuestro de más animales: una llama y ocho ponys, que eran utilizados para que los asistentes se saquen fotos junto a ellos. La transgresión que impulsó a la Unidad Fiscal Especializada en Materia Ambiental a hacerse presente en el lugar, tiene que ver con que se estaba lucrando con los animales sin permiso.
Una vez en la feria, los inspectores acreditaron que además no contaban con agua para beber, estando bajo el sol una cantidad indeterminada de tiempo.
Del operativo también participaron médicos veterinarios y los animales que se secuestraron, se derivaron a CAE, una ONG especializada en protección y recuperación, sobre todo, de especies equinas.
La feria de la Virgen de Copacabana, forma parte de una reunión que la colectividad boliviana hace una vez al año durante dos fines de semana en Cruz y Perito Moreno.