El Centro Gallego de Buenos Aires
Me ha tocado acompañar a un familiar muy cercano al Centro Gallego de Buenos Aires por razones vinculadas a su salud. Este ser querido, afiliado a PAMI, debía visitar a un especialista en diabetología. El turno estaba asignado para un miércoles a las 17 hs. Hacia allí nos dirigimos, en lo personal, recordando que unos seis años atrás también había acompañado a la misma persona al Centro Gallego, histórica institución ubicada en gran parte de la manzana comprendida entre la Avenida Belgrano, Pasco, Moreno y Rincón. Mis recuerdos no eran los mejores. Aquella vez, el Centro Gallego no pasaba por un buen momento. Todo lo contrario: se hablaba muy seriamente de las malas condiciones en las que estaba sumido a nivel general, algo que pudimos comprobar en forma fehaciente cuando intentamos que un médico especializado en cardiología nos atendiera. No fue fácil que esto se llevara a cabo, aunque finalmente, y más allá de la incertidumbre y la desorganización que reinaba, gracias a la muy buena predisposición de los profesionales de turno, se cumplió el objetivo.
En aquellos días eran intensos los rumores alusivos a la quiebra del Centro Gallego. Por eso, los interrogantes volvieron a mi mente en cuanto supe que deberíamos regresar. Pero para mi sorpresa, el panorama había cambiado para bien. Evidentemente, la crisis había sido superada, lo que ocurrió luego de que un grupo empresarial se hiciera cargo de la situación.
¿Qué pasó?
“A fines de 2016, una noticia publicada en eldiario.es, titulaba: La oferta de un grupo argentino aporta esperanzas a la agonía del histórico Centro Gallego de Buenos Aires”. En la misma nota, ampliaba la información: “Intervenido desde hace seis años por el Estado argentino, el Centro Gallego, que llegó a superar los 100.000 socios y que fue considerado uno de los mejores centros hospitalarios de Sudamérica, cuenta hoy con unos 3.500 asociados y una enorme deuda de entre 40 y 50 millones de euros”.
A pesar de la tremenda crisis, había una esperanza, basada en “la propuesta lanzada por el grupo argentino BASA (Buenos Aires Servicios de Salud), que apuesta por asumir la gestión del hospital, sin exigir la adquisición del histórico edificio, aunque sí incluyendo una opción de compra de las instalaciones para el futuro”, decía el sitio web español. Este grupo se comprometía a revitalizar no solo la estructura, sino también la atención y la experiencia de los socios.
En el artículo se resumía un perfil de la entidad que se erige en el barrio de Balvanera: el Centro Gallego, con sus 34.000 metros cuadrados, seis plantas y dos sótanos, alberga una grave problemática que afecta a los socios y su atención médica, junto con el negro futuro de un plantel apremiado por los impagos. Dentro, medio centenar de esculturas y estatuas, más de cien pinturas de artistas como Seoane, Colmeiro, Castelao o Maside, una biblioteca de 20.000 volúmenes centrados en la cultura gallega, un teatro histórico de 400 butacas, un inmenso archivo fotográfico y una fonoteca con discursos de figuras como Otero Pedrayo, Blanco Amor y Cunqueiro, representan un patrimonio cultural en riesgo. Este patrimonio no solo es invaluable, sino que también es testimonio del legado de miles de emigrantes y figuras históricas de Galicia. Sin embargo, el futuro de estas instalaciones dependía de un apoyo que nunca llegó, tanto desde la Xunta como desde el Gobierno de España.
Finalmente, se arribó a un acuerdo y el grupo identificado con las siglas BASA asumió la conducción del Centro Gallego. Más de un lustro después, resultó una agradable sorpresa comprobar personalmente que la situación había mejorado tanto con respecto a la última vez que estuvimos por allí. La atención era más organizada, los espacios estaban cuidados y, si bien se presentaron algunas deficiencias –el baño de hombres estaba clausurado y fue imposible hallar algún vaso para usar en un dispenser de agua-, se respiraba un aire de optimismo y un esfuerzo colectivo por mantener viva una institución que es parte del patrimonio cultural y sanitario de la comunidad gallega en Argentina.