En forma periódica, el gobierno porteño realiza jornadas de castración gratuitas, en diversos puntos de CABA. Se trata de operativos a cargo de personal veterinario de la Ciudad, que rota por los barrios y las Comunas semana tras semana. Días atrás, en una visita al barrio Padre Ricciardelli (también conocido también como la villa 1-11-14, del Bajo Flores), la rutina de una jornada como tantas, se vio alterada porque a una perrita le detectaron una infección de carácter mortal, llamada colecta uterina. Enseguida, gracias al equipo de profesionales, fue intervenida quirúrgicamente y le salvaron la vida, cuando minutos antes, nada hacía pensar en semejante contrariedad. La perra, Cleo, era de raza chihuaua.
La veterinaria que la operó, Bárbara Yáñez, vertió estas opiniones: “Si no lo hacía, la perrita podía morir ahí mismo. El procedimiento era complejo y requirió otra incisión a nivel del abdomen, pero afortunadamente logramos llevarlo a cabo con éxito. Logramos salvarle la vida al animal, ya que de no haber realizado la intervención, las complicaciones que genera el caso, como por ejemplo la ruptura del útero, podrían haberle provocado la muerte. Ser veterinaria implica mucha responsabilidad porque en tus manos tenés una vida, porque hay que hacer lo mejor posible y porque hay que agotar todos los recursos necesarios para poder ayudar, que es lo más importante dentro de lo que es la carrera. No recuerdo un momento de mi vida en el que no haya pensado ser veterinaria”. El sitio oficial del GCBA dio a conocer estos dichos de la veterinaria, quien además destacó lo satisfecha que se siente por ayudar a los animales, que “no tienen voz y no tienen manera de decirnos qué les pasa”.
Desde buenosaires.gob.ar también se informó acerca de la metodología empleada por los veterinarios: “Desde esa perspectiva también trabaja todo el equipo de profesionales de la Ciudad al momento de realizar los operativos de vacunación antirrábica y de castraciones. En cuanto a este último servicio, en cada operativo participan entre tres y cinco veterinarios, un asistente y alguien a cargo de lo administrativo. Dentro de los operativos de castración, los veterinarios que integran el grupo de trabajo realizan la revisión clínica antes de la cirugía, la preparación e inducción del animal, el monitoreo durante la anestesia, el acto quirúrgico y el control postquirúrgico hasta la entrega de la mascota. También se indican los cuidados y la medicación durante la primera semana después de la cirugía”.
Son ocho los móviles quirúrgicos que transitan por los barrios. Aparte, hay dos puntos fijos: los Centros Fijos Veterinarios.
-Parque Indoamericano: Av. Escalada y Paseo Islas Malvinas (Villa Soldati)
-Costanera Sur (Av. Dr. T. Achával Rodríguez 1550 (Puerto Madero).
Asimismo, “todos los viernes a las 10 de la mañana se habilita la agenda de turnos para la castración durante la semana siguiente. Éstos se pueden solicitar a través de la web del Gobierno porteño. Allí se debe elegir la opción correspondiente (si es canino o felino, macho o hembra) y completar el formulario. Además de brindar turnos, se realizan Operativos Cerrados de castración en nodos de abandono y reproducción, y otros destinados íntegramente a ONGs y en barrios vulnerables”, publicó el portal, desde el cual se proporcionaron estos datos oficiales: “En promedio, por jornada se castran entre 45 y 60 perros y gatos, con un total de alrededor de 25.000 castraciones y 40.000 vacunaciones anuales, mientras que en los operativos de vacunación se atienden entre 350 y 400 animales por jornada. En el último año y medio se realizaron 118.888 intervenciones veterinarias gratuitas”.
Foto: la doctora Yáñez (Magdalena Ahmar Dakno/GCBA).