Curiosos recovecos de Buenos Aires, generados por vías, puentes y demás componentes del entramado porteño.
Balcarce y San Lorenzo.
Dos callecitas empedradas y muy angostas se encuentran, dando lugar a este pintoresco rincón urbano de San Telmo. Son Balcarce y San Lorenzo, que componen una atípica esquina, caracterizada porque Balcarce no sigue una recta trayectoria sino que se interrumpe para continuar algunos metros a la izquierda. Cierto es que hay muchísimas esquinas enmarcadas en un diseño igual o similar en la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, hay un “no sé qué” subjetivo que distingue a este punto del territorio porteño. Quizás sea el contexto del denominado Casco Histórico, que le otorga al sitio un condimento extra, un plus que surge cuando el caminante toma conciencia de que está transitando una zona de inmenso significado histórico y cultural. O tal vez sea la angostura de ambas calles -aunque por la perspectiva desde la cual fue tomada la foto, sobre Balcarce, eso no se note-, donde también el riguroso adoquinado cobra un papel protagónico.
El cruce se produce a la altura del 700 de Balcarce y el 200 de San Lorenzo. Hasta el 600, cuando se encuentra con Chile, Balcarce va en línea recta. En Chile comienza a modificarse su trazado. Primero, experimenta un leve desvío a la izquierda, y lo mismo ocurre una cuadra después, cuando tiene lugar la comentada intersección con San Lorenzo. Desde este punto inicia un recorrido en diagonal, y es entonces cuando se cruza con la Avenida Independencia. Ese formato diagonal continúa hasta Paseo Colón, donde su trazado desaparece, absorbido por esta última arteria. No obstante, luego de Dr. José María Giufrra, Balcarce regresa a su trayectoria original, y olvidando aquel breve esquema diagonal, se dirige en línea prácticamente recta hasta su desembocadura en la Avenida Brasil, junto al Parque Lezama.
Por su parte, San Lorenzo tiene apenas dos cuadras de extensión. Con origen en Paseo Colón, su primera cuadra es muy corta: no llega a recorrer cincuentra metros cuando se encuentra, de mano izquierda, con Balcarce. Es aquí donde surge el “rinconcito” al cual hace referencia esta nota. Luego, San Lorenzo continúa su recorrido por unos diez metros; entonces, vuelve a toparse con la misma calle, esta vez por derecha. Cuando prosigue su travesía sólo le queda encontrarse con Defensa, aproximadamente 120 metros más adelante. Ese, será su punto final. A menudo, a San Lorenzo se la identifica como un pasaje. No obstante, sus dos cuadras de longitud (en lugar de la única cuadra que caracteriza a los pasajes), parecería desmentirlo. Pero claro, en estas cuestiones callejeras no hay ciencia que valga, y por ende, tampoco dos más dos es siempre cuatro.