Hoy: Villa Urquiza (segunda parte).
Villa Urquiza es un barrio muy extenso y si bien los pasajes dentro del distrito alcanzan el número de diez, proporcionalmente, la cantidad no es muy alta. El barrio cuenta, eso sí, con numerosas calles de entre dos y tres cuadras de longitud. Es posible que los mismos vecinos, las tengan identificadas como “pasajes”. Sin embargo, técnicamente, no lo son. ¿Algunos ejemplos? Islandia, Aguas Buenas, Rufino o Martiniano Bonorino miden dos cuadras. Con tres, están Beethoven, Pestalozzi o Medeyros.
Al ser Villa Urquiza tan amplia superficialmente, se da el caso de pasajes que están muy distantes entre sí. Por caso, hay poco más de tres kilómetros en línea recta, entre Catriel, que se encuentra en el extremo Noroeste, y Puente del Inca, ubicado bien al Sudeste del barrio.
En forma contraria, hay un par de grupitos con pasajes sumamente próximos uno del otro. Uno, es el mencionado Puente del Inca, que es paralelo a Manuel Padilla. Ambos empiezan en Tronador y terminan en Plaza. Están separados por Sucre, calle que corre por el medio de ambos. Una situación similar la protagonizan Fouiller y Tartagal, con inicio en Ceretti y finalización en Avenida de los Constituyentes. En este caso, los separan dos calles: Mendoza y Juramento. A estos se les agrega un tercer pasaje, La Gloria, muy cercano a Tartagal aunque no paralelo al mismo.
A propósito de Félix Fouiller, no es descabellado plantearse un interrogante: ¿es un pasaje? Es que del otro lado de De los Constituyentes su trazado prosigue normalmente, aunque con la denominación de Gabriela Mistral (sabido es que en esta avenida las calles cambian de nomenclatura). Así, se repite un caso que también ocurre en otros sectores de la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, cabe aclarar que debido a que oficialmente Fouiller mide una cuadra, corresponde identificarla como pasaje, y que integre este listado.
De Fouiller llama la atención lo largo que es: mide aproximadamente 160 metros. También Catriel posee una medida semejante. En el extremo opuesto se encuentra Shakespeare, el cual, limitado por Valdenegro y Galván, suma poco menos de 90 metros.
Es curioso lo que acontece con Mártires Palotinos y Plaza. Ninguna de los dos es un pasaje, pero el encuentro entre ambas calles produce un extraño fenómeno: dos pequeños “pasajes” que, tras toparse entre sí, no siguen su trazado (aunque Plaza sí prosigue su recorrido pero en otro trazado, algunos metros más al Este). Este atípico cruce da lugar al surgimiento de una minúscula manzana comprendida entre Mártires Palotinos, Echeverría y los dos trazados de Plaza. Para seguir con las rarezas, no está de más mencionar que a partir de esta situación, en vez de las cuatro habituales, son seis las esquinas de Plaza con Mártires Palotinos.
Foto: el bello pasaje Puente del Inca.