El tremendo alboroto vehicular de la zona de Tribunales (San Nicolás, es el barrio en rigor oficial) desciende notablemente si uno camina unos metros por el pasaje Del Carmen. En sus dos extremos imperan las congestiones de tránsito, la contaminación generada por los escapes de autos, colectivos, camiones, etc. Sin embargo, sus cien metros son una especie de oasis en medio del caótico centro de la Capital Federal.
La Avenida Córdoba, una de las máximas referentes en esta materia, es la que representa el punto final del pasaje Del Carmen.
Su principio, tiene lugar en Viamonte –a la altura del 1600-, una angosta calle en la que resignadamente conviven la polución, el rugido de las motos, el anárquico devenir de las bicis-delivery, el paso apurado de oficinistas y demás transeúntes que, más en horario diurno que nocturno, hacen de su travesía por este recodo de la ciudad, su costumbre cotidiana.
Hace un par de años, Del Carmen fue puesta en valor y se introdujeron modificaciones significativas, como ser la iluminación LED con farolas ornamentales, la nivelación de la calzada, que ahora se halla a la misma altura que la acerca, y la colocación de bolardos, esos postes de hierro de escasa altura y apariencia de bala, que de a poco se han ido propagando por el mundo porteño. Gracias a esto, Del Carmen luce muy diferente a su vecino, el pasaje Luis Dellepiane, cuyos extremos son Viamonte (también al 1600) y Tucumán. Dellepiane, otra “cortada” de una cuadra, carente de la misma atención, sigue siendo la calle que era antaño.
En la esquina con Córdoba, un café de nombre extranjero, constituye un atractivo llamador a interrumpir la rutina. En el interior del pasaje, prácticamente no hay más oferta comercial, a excepción de una farmacia y una verdulería, que desde una pizarra dispuesta estratégicamente, ofrece, por ejemplo, zapallo, pomelo y zanahoria, a veinte pesos el kilo. En la misma mano, una antigua edificación de tres plantas, abandonada, tapiada en su fachada gris y con destino incierto, ejerce un marcado contraste con los edificios que predominan en la cuadra. Uno de estos, ubicado frente a la verdulería, y con varias banderas flameando en su frente, es la sede del Consejo Profesional de Ingeniería Mecánica y Electricista.
El pasaje se denomina de esa manera, pues muy cerca, en Rodríguez Peña entre Paraguay y Córdoba, se encuentra la capilla Nuestra Señora del Carmen. La pequeña calle corre paralelamente a Rodríguez Peña y Montevideo, sus laterales más próximas, pero no guarda una distancia proporcional a cada una de ellas, sino que está claramente más cerca de Montevideo –de la que sólo la separan unos veinte metros- que de Rodríguez Peña.