Hay boleros cantados por Mario Clavell, realmente maravillosos, como Abrázame Así o Quisiera Ser; y otros, también inolvidables, compuestos por Agustín Lara, como María Bonita, Solamente una Vez o Noche de Ronda. Han sido interpretados por extraordinarias estrellas de la canción romántica como José Feliciano. Roberto Yanés y en los últimos años, por el gran Luis Miguel, que consiguió revivir el bolero con su magnífica voz.
La canción que merece un párrafo aparte es la que recuerda a la madre en todos los idiomas, la que dice “Mi madre querida ya ves, tu cuento no olvidé”. Y también aquella de nuestro folklore interpretada por Los Chalchaleros, que dice: “Volveré volveré, donde está mi madre esperándome”. Inolvidables temas, homenajeando a todas las madres del mundo.
Bailemos un vals o una polka, como en la noche de mi casamiento, o simplemente cantemos un tango, despacito, armoniosa y sutilmente. O una canción de amor, como las interpretaban Charles Aznavour o el inolvidable Maurice Chevallier.
Voy a conversar contigo lector, de La Boca. De los cuadros de Benito Quinquela Martín, en los cuales se mostraba el puerto, el Riachuelo con sus barcos y los esforzados hombres que trabajaban en ellos. Todo ello, en hermosos colores entre los que predominaban los distintos tonos de rojos y marrones. También del teatro que se realizaba en Caminito, para mí, similar al Montparnasse de Paris, icónico símbolo de Buenos Aires, recordado para siempre en los versos de Juan de Dios Filiberto y la voz de Carlos Gardel.
Recuerdo mi país, es hermoso desde el norte hasta el sur, desde La Puna hasta Bariloche y Ushuaia. También la belleza de Mar del Plata, Miramar y Necochea, con playas desde las cuales se ve la salida y puesta del sol sobre el horizonte. No puedo olvidarme de la plaza central de la Perla del Atlántico, con sus flores blancas y rojas, sus árboles frondosos y la belleza de la Costanera con las magníficas construcciones del barrio Los Troncos.
Raquel Seltzer
Foto: Mario Clavell (lacapital.com.ar).
