
Este sitio nos declaramos admiradores del genial René Orlando Houseman, un crack que brillara en la década del 70 y que algunos compararon hasta con Maradona y Pelé por sus condiciones futbolísticas. El Loco o el Hueso, brilló en Huracán, la Selección Nacional, y pasó por otros tres clubes capitalinos: Excursionistas, Defensores de Belgrano y River (además jugó en Independiente, Sudáfrica y Chile).
Gracias a la investigación que realizamos de su carrera, en la cual tuvimos la chance de dialogar con varios de sus amigos, conocidos, y con él mismo, desde esta sección proponermos ir rescatando historias y anécdotas vinculadas a su trayectoria futbolística y a las excentricidades que fuera de la cancha, contribuyeron a agigantar su leyenda.
PURA ESPUMA
Era febrero de 1973. Nuevamente en Buenos Aires, concurrió, como casi todos los años, a los bailes de carnaval que se festejaban en Excursionistas. Muy divertidos, sus amigos recordaron como René, que ya tenía alguna moneda en el bolsillo, gastó una llamativa suma de dinero en grandes cantidades de espuma.
SU VIDA ES UN CARNAVAL
En las primeras épocas de Huracán se hizo muy amigo de Franciso Russo, el volante central del equipo. Muchas veces, Pachorra pasaba a buscarlo por su casa del Bajo Belgrano para llevarlo al entrenamiento. Si no lo hacía, corría el riesgo de que a René se le hiciera tarde. Un día de febrero Russo paró su auto en la puerta de su casa y comenzó a impacientarse porque el Hueso no salía. Cuando le pidió que se apurara, la respuesta de René lo dejó con la boca abierta: “No, hoy no voy a ir porque es Carnaval y quiero quedarme acá jugando al agua…”.
NADA DE PELEAS
Jugaban Rosario Central y Huracán por la Copa Libertadores, una noche de abril de 1974. En lo más caliente del choque, que era decisivo para conseguir el pasaporte a la semifinal, Burgos y Brindisi chocaron fuerte en la puerta del área y la pelota se fue al corner. Pero antes de que este pudiera ejecutarse, se armó un importante tumulto entre la mayoría de los jugadores, con insultos, manotazos y todos los condimentos de un partido de Copa de los años Setenta. El único que no participó del entrevero fue Houseman, quien se sentó sobre la pelota, se apoyó en el mástil del banderín de esquina y, silbando bajito, esperó el cierre del debate, mientras le sonreía a la platea rosarina, que clamaba enfurecida. Finalmente ganó el Globo y pasó a la siguiente ronda.
POBRE CABEZON
Las bromas en la concentración de la Selección eran moneda corriente, y el Loco siempre estaba metido en alguna. Enrique Omar Sívori sufrió varias de sus excentricidades en la etapa previa al Mundial 74, siendo la gota que rebasó el vaso, su espectacular fuga de la concentración de Luz y Fuerza. Pero antes de eso, hubo otras bromas más inocentes. Como una que tuvo como cómplices a varios compañeros, con Brindisi a la cabeza, que fueron a decirle al técnico que a Houseman no lo encontraban por ningún lado. Sívori montó en cólera y dentro de la habitación del Hueso, profirió insultos al aire una y otra vez, con los jugadores como testigos. Hasta que René salió de su escondite –debajo de la cama- y preguntó con cara inocente: “Perdón, ¿me buscaban a mí?”. Una carcajada general coronó el hilarante momento.

EL LOCO DE WEMBLEY
Houseman siempre reconoció que al margen del alcohol, su vicio incurable fue el cigarrillo. Empezó a fumar siendo un adolescente y llegaba al extremo de hacerlo en los entretiempos. Su costumbre todavía era motivo de sorpresa cuando René hacía sus pasos iniciales en el profesionalismo. En la gira previa al Mundial de Alemania, la Argentina enfrentó a Inglaterra, en el mítico estadio de Wembley. El Loco formaba parte de ese plantel, que dirigía Vladislao Cap. En los instantes previos al partido, el técnico notó que contaba con todos sus jugadores, menos con René. Unos segundos después lo vio venir. Cuando supo la razón de su ausencia, no podía creerlo: se había ido a fumar un cigarrillo al vestuario. Ese día Houseman ingresó por Brindisi en el segundo tiempo. El partido salió 2 a 2.
EL LOCO Y EL CHAVO
La fama del Loco trascendió las fronteras tras la sensacional actuación que tuvo en el Mundial de 1974. En aquellos días hasta el famosísimo Chavo del 8 se ocupó de hacer referencia a él. En realidad, fue el personaje conocido como Don Ramón, el que en un pasaje del célebre programa, dijo: “El wing derecho de Argentina es muy bueno”. René acababa de romperla contra Italia, golazo a Zoff incluido.
CUALQUIER RIVAL LO MISMO DA
Otra de las grandes anécdotas del Hueso también está relacionada con ese Mundial de Alemania. La Argentina ya había pasado la primera ronda, cuando alguien lo consultó: “¿Sabés con quién nos toca ahora, no?”, en referencia a Holanda. René, inocentemente repreguntó: “No sé, ¿con Japón o con Corea?”, ignorando por completo que esos dos países ni siquiera estaban en el Mundial. Con sus veinte años recién cumplidos, el Loco no entendía de rivales: lo único que le importaba era jugar.