ANÉCDOTAS EN LA ESCUELA DEL CÍRCULO DE PERIODISTAS DEPORTIVOS.
Estudiante en busca de trabajo.
Antes de ingresar al segundo año de la carrera de periodismo –lo que sucedería en 1991-, decidí que ya era hora de poner manos a la obra, con la meta de empezar a trabajar en el medio. Como consideraba que mi punto fuerte eran las estadísticas, entendí que una buena carta de presentación, podrían ser unos informes que había elaborado por aquellos tiempos. Consistían en unas planillas que contenían la nómina completa de jugadores que pasaron por Boca y River en la década del Ochenta, con presencias, goles y expulsiones, año por año y torneo por torneo. Desde los de campaña más prolongada hasta los que habían actuado una sola vez. Lo había armado utilizando la colección de la revista El Gráfico de mi tío Andrés. Pese a haber conseguido un altísimo porcentaje de partidos, me faltaron algunos, que debí ir a buscar a la hemeroteca de la vieja Biblioteca Nacional de la calle Moreno, previamente a su traslado al moderno edificio de Avenida del Libertador y Agüero. Tras haber consultado en los diarios las síntesis faltantes, concluí mi trabajo, lo que me demandó un esfuerzo importante, aunque como me atraía mucho la temática, más que un padecimiento, lo viví como un disfrute. Cabe acotar, que ante la ausencia de computadoras, pues casi nadie las tenía todavía, todo el recuento y el criterio con el cual ordené el listado –desde los futbolistas de más presencias hasta los de menor cantidad- fue realizado de modo artesanal, con lapicera y en hojas de cuaderno o carpeta.
Uno de los primeros lugares –si no el primero- a los cuales fui a golpear las puertas, fue Radio Municipal (hoy, Radio 10), que tenía una audición deportiva de lunes a viernes –si no me equivoco, a las 19 hs-, con la conducción de Alejandro Fabbri, y se hacía desde el famoso Centro Cultural General San Martín, con entrada por Sarmiento y Paraná, en el centro porteño. Hacia allí me dirigí, una tarde de verano. Ya dentro del enorme complejo, me hicieron pasar a un espacioso estudio donde había solo dos personas: Fabbri y otro periodista cuyo nombre no recuerdo. Con el programa ya empezado, me senté en una gradería, al costado de la pequeña mesa principal. En una tanda me acerqué a Alejandro y su colega, para mostrarles mis papeles repletos de nombres, apellidos, numeritos y rayitas. Fabbri enseguida se interesó. Seguidor de las estadísticas, en cuanto tuvo oportunidad me hizo hablar al aire. Lamentablemente, de mi memoria escapó la mayor parte del diálogo. Solo recuerdo que en un momento, Alejandro, leyendo mis planillas, hizo hincapié en aquellos jugadores que únicamente habían actuado un partido en primera. Me quedé hasta que terminó la audición y salimos todos juntos del estudio. Además, se agregó un productor muy amable, Matías Sánchez. Entonces, desafiando mi timidez, hice un sondeo para ver si podía conseguir algún “trabajito” en el programa. Pero supe esa misma tarde que sería prácticamente imposible. Y la razón fundamental, creo, era que al ciclo le quedaba muy poco tiempo de vida. En la frecuencia de Radio Excelsior (AM 910), se estaba gestando un proyecto mediante el cual esta emisora pasaría a llamarse La Red, y alojaría a una programación mayoritariamente dedicada al fútbol. Uno de los periodistas que se mudaría a esta nueva radio, sería Fabbri.
Días después, me convertí en oyente de La Red. Entre los integrantes de la novedosa grilla deportiva, estaban Marcelo Araujo, Fernando Niembro, Enrique Macaya Márquez y el propio Alejandro, con quien mucho más adelante, tendría la oportunidad de compartir el CIHF (Centro para la Investigación y la Historia del Fútbol), aunque de la anécdota narrada líneas arriba, recién estará enterándose si lee estas líneas.