MARADONA, EL DE LA BOCA.
Diego y sus compañeros de Boca Júniors.
Brindisi, Miguel Ángel.
Boca (Metropolitano 1981, Nacional 1981)/ Mediocampista/ Nació el 8 de octubre de 1950, en la Ciudad de Buenos Aires.
Compartió equipo con Diego: 36 partidos. Talentoso y creativo, fue el socio futbolístico de Diego por excelencia en el Boca campeón del Metro ’81. Debutó en el elenco xeneize el mismo día que Pelusa (en el 4-1 a Talleres de Córdoba del 22 de febrero de aquel año) e hicieron dos goles cada uno. También estuvo presente en su despedida oficial, cuando por los cuartos de final del Nacional –partido de ida- el equipo de Marzolini venció a Vélez 2 a 1 en La Bombonera. Esa noche Miguel ingresó por Krasouski a los 64’; a los 80’, el árbitro Espósito expulsó a DAM y al velezano Moralejo.
Sobre su trayectoria: fruto de las inferiores de Huracán, debutó en 1967 en primera; en 1973, integrando un recordado equipo del Globito, se consagró campeón del Metro. En 1976 se marchó al U. D. Las Palmas (España) para regresar a Huracán en 1979. Pasó a Boca en 1981 –ese año salió campeón del Metro- y permaneció hasta 1982, totalizando 81 presencias locales e internacionales, y 27 goles. En 1983 actuó en Nacional (Uruguay) y Unión, y en 1984 en Racing, que acababa de descender a Primera B. En la Selección jugó 46 partidos e hizo 17 goles entre 1969 y 1974 (incluido, el Mundial de Alemania). En 1986 comenzó a construir una extensa carrera de entrenador. En la Primera A del fútbol argentino tuvo un exitoso estreno, conquistando al mando de Independiente el Clausura y la Supercopa Sudamericana 1994, y la Recopa Sudamericana 1995. Entre los numerosos destinos nacionalesy extranjeros en los que trabajó, también está Boca, por donde pasó en 2004.
Un dato de color: unos meses antes de que se encontraran oficialmente, habían compartido equipo en un Capital 0-Interior 1, amistoso a beneficio disputado el 11 de junio de 1980 en River. Sobre su debut en Boca, Miguel dijo en el sitio elnoticierodigital.com.ar que experimentó “muchas sensaciones y todas fueron buenas, pero el plus más grande fue la llegada de Diego, que se había producido 48 horas antes. No nos conocíamos, más que de enfrentarnos, pero ya a los 10 minutos de partido parecía que habíamos jugado toda la vida juntos. Siempre me preguntan qué significó ser socio de Maradona y respondo que fue lo más fácil del mundo (risas), porque el capital enorme lo ponía ese genio y lo único que tenía que hacer era acompañarlo. Fue una tarde inolvidable, porque el partido se dio redondo, ya que de entrada nos pusimos en ventaja y el primer tiempo terminó 3-0, ante Talleres que era un gran equipo. Junto con él alcancé un nivel muy alto, marcando varios goles. La trascendencia fue imponente y nos dimos el gusto de salir campeones en aquel torneo…”
Foto: Miguel Brindisi, en su faceta de entrenador (unoentrerios.com.ar).