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Clubes chicos de corazón gigante

Hoy: Excursionistas en 1982

Con la flamante Comisión Directiva en funciones, la renovación en la faz futbolística alcanzó al cuerpo técnico. Pese a que Riccardi tuvo un aceptable cierre del certamen del ‘81, la dirigencia hizo borrón y cuenta nueva, contratando a Edgardo Marchetti, que venía de dirigir a San Telmo y, previamente, a las inferiores de Ferro, y a Lamadrid. La línea de pensamiento de la conducción entrante, era el de mantener a los jugadores surgidos del semillero, dándoles mayores chances a las que habían tenido en anteriores oportunidades. El entrenador dio su visto bueno, aunque además se realizaron unas cuantas incorporaciones.

Altas y bajas

Hicieron su presentación con la casaca verdiblanca: Amado (San Telmo), Campana (Argentino de Merlo), Dall’Ollio (Deportivo Riestra), El Alí (Fénix), Fonseca Gómes (Ferro), Garaffa (Bahía Blanca), Heinrich (Dock Sud), Llesona (Almirante Brown), Loperena (Barracas Central), Zella (Piraña) y Díaz.

Se fueron, entre otros, Buceta, Caruso, Chanampa, Dubanced, Ferreira, Filardi, Gador, Landolfi, Lavorato, Leiva, Mareque, José Martínez, Merlo, Pérez, Horacio Pintos, Raúl Pintos, Suárez, Troncoso, Yáñez y Zeballos.

Campeonato con formato novedoso

A diferencia de temporadas anteriores, la AFA creó un formato de torneo dividido en cuatro zonas de cinco participantes. Se confeccionó además una tabla general, consagrándose como campeón y primer ascendido, el equipo de mejor puntaje en esta tabla. Por otra parte, el segundo ascenso saldría de un octogonal conformado por los dos primeros equipos de cada zona (en la zona del campeón, clasificaría el tercero). De esta manera se buscaba generar un incentivo extra en aquellos clubes que quedaran lejos de la punta, a medida que el año avanzara.

A Excursionistas le tocó compartir el grupo con el descendido Almagro -a priori, candidato a pelear arriba-, Deportivo Merlo, Lamadrid y Luján.

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Una jugada con Martínez Fariña como protagonista. En la foto principal, el festejo de Campana, abrazado por Fonseca Gómes, con la hinchada de fondo. Fotos de esta nota: Revista Excursio Una Voz de Belgrano.

La lucha es arriba

El remozado equipo ilusionó a la tribuna en las primeras fechas. Un empate en Merlo, con descollante actuación de Fonseca Gómes -autor del único gol-, hizo que se propagara velozmente la convicción de que Excursionistas había hecho una fenomenal incorporación. El wing izquierdo confirmó sus excelentes condiciones con el correr de las fechas,  a la par de un rendimiento general que produjo una rápida escalada en las posiciones.

Hasta la séptima fecha, los dirigidos por Marchetti sostuvieron su invicto. Cuatro triunfos (ante el CADU, Colegiales, Cambaceres y Dock Sud) y tres empates (Merlo, Comunicaciones y Flandria) llevaron al Verde a luchar por la punta, con rivales como Almagro, el CADU y Villa Dálmine.

En la octava jornada sobrevino la primera derrota, en la difícil Rosario y frente a Central Córdoba, otro candidato al ascenso.

Este traspié, de alguna manera, relegó al equipo a un plano inferior por el resto del torneo. Lo que rara vez estuvo en duda, fue su clasificación para el octogonal, pues consolidado en el segundo puesto del grupo, detrás de Almagro, quedó lejos del alcance de Merlo, el tercero de la zona.

Luego de la pérdida del invicto, el Verde le ganó espectacularmente a San Miguel: 5-4 en el Bajo Belgrano. Sin embargo, ingresó a continuación en una etapa de irregularidad, sacando sólo tres puntos sobre diez en juego. En esa serie adversa, como local, cayó por goleada ante Dálmine: 4 a 0. Y como visitante, 1 a 0 con Almagro.

Con el final de la primera rueda a la vista, alternado triunfos y derrotas, ratificó su andar irregular. El inicio de las revanchas, lo encontró distante del primer pelotón, aunque esperanzado gracias a la posibilidad de la clasificación, a los buenos momentos futbolísticos que brindados y a la enorme jerarquía de Fonseca, quien ya se perfilaba como el máximo goleador del certamen.

La esperanza del torneo reducido

En la segunda rueda, después del triunfo ante Merlo, se produjo un memorable 4 a 3 al CADU, serio aspirante al título, en la mismísima ciudad de Zárate. La sonrisa se borró a la fecha siguiente, contra Comunicaciones (2-3 de local) pero a continuación, cuatro victorias en fila (Colegiales, Flandria, Cambaceres y Dock Sud) pusieron al Verde otra vez en carrera. Los empates posteriores (Central Córdoba y San Miguel) hicieron que los de Marchetti resignaran chances y asumieran que en el octogonal, más que en el primer puesto, se concentraban las mejores posibilidades.

De los diez partidos que restaban hasta el cierre de la faz regular, hubo tres éxitos, tres empates y cuatro derrotas. En las últimas cuatro fechas, Excursionistas sacó dos puntos.

De haber tenido una performance apenas más contundente hubiera desplazado a Almagro -que sufrió un bajón- del primer lugar de la zona, lo que hubiera propiciado que en cuartos de final se midiera con Flandria, a priori, bastante más accesible que Central Córdoba, el rival con el cual finalmente debió cruzarse.

En cuartos de final, dolorosa eliminación

En el partido de ida, Excursionistas superó 1 a 0 a los charrúas en Pampa y Miñones, resultado que pudo ser más abultado de haber concretado el local las ocasiones de gol generadas. También su triunfo corrió riesgos, ya que Central Córdoba contó con chances de empatar, en el contexto de un polémico arbitraje de Juan Corradino.

En la revancha, los rosarinos ganaron 3 a 1, obteniendo el pasaje a semifinales en medio de otra actuación arbitral (dirigió Luis Pasturenzi) muy cuestionada por quienes viajaron desde la Capital. Más adelante, Central Córdoba se haría acreedor del ascenso, al derrotar a Almagro en la final. El campeón, había sido Villa Dálmine.

Excursionistas, mientras tanto, tendría que esperar hasta la próxima temporada para intentarlo nuevamente.

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