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ANÉCDOTAS EN LA ESCUELA DEL CÍRCULO DE PERIODISTAS DEPORTIVOS

Burzaco nunca estuvo cerca.

Mi labor en la Sólo Fútbol se extendió por todo 1991, con la cobertura de partidos de Primera C y Primera D. Incluso, en una oportunidad me tocó ver divisiones inferiores. Fue una jornada veraniega. Para ser más preciso, esto sucedió la mañana del domingo 29 de diciembre, cuando en el estadio de All Boys, se midieron las cuartas divisiones del local y Chacarita. Ganó All Boys 3 a 0 con el concurso de varios chicos que llegarían a primera, el caso de Manrique, Novarese, Castellano y Codina.

En tanto, la visita también alistó a jugadores que serían promovidos al plantel superior, por ejemplo, Cáceres, Pilo, De Lucca, Pais y un arquero que si bien no se afianzó en primera, sí se destacaría en la función periodística varios años más adelante: Ariel Donatucci.

Unos meses antes, me habían designado para cubrir el partido de Primera D entre San Martín de Burzaco y Liniers. El visitante, dirigido por Carlos Arias, derrotó 2 a 1 al elenco que conducía Heriberto Correa. Resultado al margen, debí realizar un largo trayecto para llegar a la cancha situada en la esquina de Ituzaingó y General Arenales. Primero, aproximadamente una hora de viaje en el colectivo 168, desde Colegiales hasta Constitución. Luego, Ferrocarril Roca hasta la estación Burzaco y por último, una larga caminata (unas 25 cuadras) hasta el estadio. El viaje entero, me insumió unas dos horas y media. A la vuelta, realicé idéntico recorrido, pero a la inversa. Me provocó cierta sorpresa la decisión del encargado de las designaciones, pues en general, según lo que yo entendía, a los cronistas no se los enviaba muy lejos de su lugar de residencia. Sin embargo, al creer que se trataría de un hecho aislado, no me hice problemas.

Lo que yo ignoraba, era que me esperaba una incómoda serie de viajes hacia el mismo destino. En total, fueron… ¡siete! las veces que me mandaron a cubrir a San Martin como local, en un lapso relativamente corto: de septiembre de 1991 a febrero de 1992. Hasta ese momento no había emitido queja alguna, pero días después de haber presenciado el empate en un gol entre el local y Puerto Nuevo, me animé a ingresar a la oficina de Daniel Mastroianni, y pedirle respetuosamente que no me enviara más a Burzaco, explicándole que vivía bastante lejos de esta localidad del sur bonaerense.

El secretario de redacción casi no habló, pero aceptó mi petición. La prueba, es que a la semana siguiente cubrí Colegiales-Argentino de Quilmes en Munro. Luego me designaron para ver un clásico entre Sacachispas y Riestra (cancha de All Boys) y por último, un San Telmo-Claypole, en la Isla Maciel. Todavía yo no lo sabía, pero este encuentro, disputado el martes 7 de abril de 1992, sería mi último partido como cronista del histórico semanario futbolero.

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