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La columna de la Lic. Linares

Los acompañantes terapéuticos son unos de los sectores exceptuados por la cuarentena, sin embargo no dejan de ser un rubro más de los afectados por las consecuencias económicas de la pandemia. Es una actividad que no está regulada por ninguna Ley. Al no tener regulación suelen prestar servicios a obras sociales y prepagas, muchas veces sin una protección laboral, sobre todo en contextos de constates recortes, como la actual. En la actualidad se trabaja sobre posibles Proyectos de Ley para que esta situación mejore.

Pero, ¿qué es el Acompañamiento Terapéutico?

El Acompañamiento Terapéutico como práctica clínica nació en el movimiento político-ideológico antipsiquiátrico. Antiguamente, el abordaje del enfermo lo marginó de diferentes maneras con recursos poco terapéuticos, produciendo un efecto de segregación en los demás; transitando el camino de la incertidumbre y del encierro, hasta que sucesivas innovaciones modificaron su abordaje hacia lo familiar y comunitario. En este encuadre se observó la eficacia del análisis de los tipos vinculares. Los psicoterapeutas necesitaron implementar técnicas nuevas ante la demanda de un contacto personalizado. Entonces, se vieron necesitados de disponer de Agentes de Salud Mental que pudieran absorber esta tarea. Acompañar es estar con el otro, compartir. Sin embargo, no se trata de una relación simétrica, de igualdad, ni de amistad. Sino que hay una estrategia dirigida a una cura, y esto es lo que la diferencia de una situación no terapéutica, en la que sólo se comparte algo con el otro.
El Acompañante Terapéutico no forma parte de un tratamiento aislado, sino que trabaja en conjunto con profesionales de salud mental, quienes marcan encuadre y pautas de trabajo para la mejora de los pacientes. Es un agente de salud formado en conocimientos básicos de Psicopatología, con conceptos generales de Psicología. Está capacitado para contener a pacientes crónicos y agudos, en un nivel vivencial, no interpretativo, y para el cual debe poner el cuerpo y constituir una presencia receptiva, cálida y confiable. Acompaña al paciente en sus crisis y diferentes fases del proceso. También le facilita al paciente una mayor autonomía, lo ayuda a sostener o restablecer los vínculos de su entorno, familiar, social, laboral. Cada paciente tiene una problemática diferente, ya que lo particular de cada caso es lo que marcará la estrategia que va a planificar el profesional a cargo del tratamiento. Desde este punto de partida «de lo particular» salen las pautas de trabajo del Acompañante Terapéutico, las consignas a seguir, lo que puede o no hacer, los lugares donde acompañará al paciente…

¿En qué casos se los solicita?

-Para evitar la internación en alguna institución, ocupándose del suministro de medicación, de que circule la información diaria con los profesionales que plantean los tratamientos…
-Cuando el paciente presenta una disminución de auto valimiento, el Acompañante terapéutico estimula las funciones sanas o menos dañadas, acompañándolo en las actividades cotidianas como tomar un colectivo, ir a su centro de día, etc.
-Cuando se da un proceso de internación en una Institución para acompañar y contener al paciente y su familia en este proceso crítico, utilizando las herramientas necesarias para que la internación sea menos violenta y más terapéutica.
-Cuando es necesario un proceso de reinserción en los ámbitos de su vida. El paciente tiene que reencontrarse con su familia, con su casa y comenzar de a poco con algunas actividades, acorde a sus posibilidades.
En todas y más funciones intervienen los acompañantes terapéuticos, para ayudar en el tránsitos de las personas hacia una mejora que implica el logro de la mayor autonomía posible. Sigue siendo en esta cuarentena un actor importante para mejorar la calidad de vida de los pacientes, sean niños, adolescentes o adultos.

Romina Linares
Para contactarse con la Lic.
Correo electrónico: romina_linares@hotmail..com

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