Como sucede cada 20 de diciembre desde hace varios años, la Plaza de Mayo volvió a convertirse en escenario de la manifestación de organizaciones políticas, sociales y sindicales. En esta ocasión, sin embargo, la situación fue diferente. Menos de una semana atrás asumió el gobierno encabezado por Javier Milei, el cual hizo saber que no se permitiría el corte de calles y avenidas, y no se entorpecería la libre circulación de la gente por la Ciudad. El anuncio de un protocolo-antipiquetes sumó tensión en la previa a la marcha de los manifestantes. Las advertencias de “el que corta, no cobra”, generosamente difundidas desde las esferas gubernamentales, agregó una cuota extra de incertidumbre. El mensaje de la ministra de Capital Humano Sandra Pettovello, estaba dirigido a los beneficiarios de planes sociales, quienes de acuerdo a estos anuncios, quedarían imposibilitados de recibir su remuneración en caso de no acatar el protocolo.
Ya en momentos de la movilización, el propio Presidente acompañó a Patricia Bullrich en el Cuartel General de la Policía Federal, desde donde se monitoreó la situación, mostrando apoyo hacia la ministra de Seguridad de la Nación. Las columnas finalmente llegaron hasta Plaza de Mayo, donde por la tarde se llevó a cabo el acto previsto. Esta vez, como en años anteriores, no se interrumpió el tránsito vehicular en la Avenida 9 de Julio y según estimaciones, se produjeron cortes –aunque mínimos- en otras arterias céntricas. En cierto momento, las fuerzas de seguridad y un grupo de manifestantes chocaron en inmediaciones de la Casa Rosada. Esto dio lugar a algunas detenciones (dos, según Bullrich, tres según el Polo Obrero) y a que un policía recibiera heridas leves. Pero más allá de estos incidentes, la jornada se desarrolló en forma pacífica.
Con el objetivo de que no se produjeran desbordes, la Seguridad se desplegó en una cantidad impactante de efectivos, estando conformada tanto por uniformados federales como de la Ciudad de Buenos Aires. Los agentes del orden no portaban gases lacrimógenos sino gas pimienta, mientras que sus armas eran no letales.
Una vez producida la desconcentración, el ministro de Seguridad de CABA, Waldo Wolff, declaró a través de su cuenta de X (ex Twitter): “Quiero destacar el operativo conjunto entre Ciudad y Nación durante toda la jornada. Y un especial reconocimiento al oficial de la Policía de la Ciudad Ibarrola, que fue herido en cumplimiento del deber, por suerte con lesiones leves. Tendríamos identificado al agresor y en conjunto con el Ministerio de Justicia de la Ciudad, estamos trabajando en las acciones correspondientes”. Wolff estuvo con el Jefe de Gobierno Jorge Macri, en el Centro de Monitoreo Urbano, de Chacarita.
Por su parte, en su propia cuenta de la misma red social, Patricia Bullrich sostuvo: “Se inició un cambio en la manera de tratar con los piqueteros y con los violentos. La mayoría de la ciudadanía decidió ser libre y no concurrir al corte de calles previsto. Se terminó el ‘vale todo’. Los que cortan, no cobran. Los que rompen, pagan. Los que violan la ley, van presos”.
Foto: una vista aérea de Plaza de Mayo, durante la concentración (twitter @jorgemacri).
