Lo que en apariencia podría ser un solo pasaje, en realidad son dos. Pegaditos a las vías del ferrocarril Mitre, entre las estaciones Belgrano R y Coghlan, se encuentran Urtubey e Hiroshima, estas dos calles que reúnen varias particularidades. Veamos de cuales se tratan:
Urtubey
Nace en la intersección entre Olazábal y Superí, y por unos cien metros, acompaña a las vías del tren, poco antes de que el Mitre se bifurque en dos ramales. Tiene numeración, por ende, de una sola vereda: la impar. Cruzando la calzada, el terraplén, el alambrado, árboles y yuyales le aportan al lugar un aspecto amigable, y la sensación de que el avance irrefrenable del cemento de la gran ciudad, detiene por unos instantes sus actividades. Casas bajas, tránsito escaso y una serena percepción a barrio, complementan el panorama.
Urtubey.
Sobre el final del recorrido, en una oscura placa, pero de letras bien legibles en relieve, se puede saber a quién homenajea el pasaje. Dice: Comodoro Clodomiro Urtubey. 1840-1902. Inspirador de la creación de la Escuela Naval Argentina. Homenaje de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires.
Su nomenclatura data de 1965 –posiblemente, cuando se abrió la calle- y no tuvo nombre anterior.
Hiroshima
Urtubey finaliza, inesperadamente, en Blanco Encalada. Y es “inesperadamente”, porque si algún desprevenido transita por la zona, probablemente caiga en la confusión y piense que los 25 metros de asfalto que siguen después de Blanco Encalada, también pertenecen a Urtubey. Es que ninguna circunstancia lleva a creer que podría haber un cambio de denominación al cruzar Blanco Encalada. Sin embargo, ese mínimo trayecto, continuador de Urtubey y con final en un callejón sin salida, tiene otro nombre: Hiroshima.
Hiroshima.
A pesar de ser considerablemente más reducido, Hiroshima carece de la tranquilidad que sí posee Urtubey. La razón, es que en su pequeña área de influencia, confluyen otras dos calles, más allá de sí misma y de Urtubey. Son Blanco Encalada y Melián. Además, está el paso a nivel peatonal, por el cual se atraviesa Melián y se llega a Monroe, la avenida importante de la zona, en cuya esquina con Melián, se encuentra el Hospital Pirovano.
No resulta sencillo comprender la decisión de las autoridades de turno, de colocarle un nombre distinto a esa mínima expresión de calle, mientras, paradójicamente, en la Ciudad de Buenos Aires existen tantas arterias que presentan tramos irreconocibles entre sí, pero que a pesar de todo, han sido nomencladas con un nombre en común.
Señalados con puntos naranjas, ambos pasajes en el plano oficial. A la derecha, Urtubey. A la izquierda, el «mínimo» Hiroshima.
El pasaje Hiroshima –ciudad japonesa tristemente recordada porque sobre ella en 1945 fue lanzada la bomba atómica- se denomina de esta manera a partir de una Ordenanza municipal de 1987, y carece de nombre anterior. Una pregunta lógica, entonces, sería: ¿Cómo se identificaba a ese tramo ante de ser Hiroshima? Quizás, como parte de Urtubey, de Blanco Encalada o hasta de Melián. O a lo mejor, de ninguna manera, lo cual es factible porque en su brevísimo trayecto no existen inmuebles. En realidad, sí hay un edificio, un garage y un supermercado. Pero los dos primeros, tienen dirección en Melián, en tanto, el domicilio del supermercado, corresponde a Blanco Encalada.
Como corolario, un dato, superfluo tal vez: sobre Hiroshima, en el lateral lindero con las vías del tren, han construido una de las tantísimas ciclovías de Buenos Aires.
