
[alert style=»red»]
PORTEÑOS HIPERCONECTADOS
Y AHORA, SIN GAS
Por Beto Kempo
[/alert]
Trece meses tiene el grupo de wathsapp. Creado a partir de un principio de incendio sofocado a tiempo por los bomberos, el objetivo primordial de su implementación fue que surgiera una comunicación más fluida entre los vecinos, para así poder encarar obras muy necesarias en un edificio antiguo, jaqueado por múltiples problemas administrativos y de mantenimiento.
Hoy, casi todo está como hace un año. No obstante, hay que admitir que las obras arrancaron en diversos frentes, más gracias a los consorcistas que a la administradora, a la que muy posiblemente se le dé salida -por no utilizar un término menos elegante- una vez que el momento sea el adecuado.
Ninguno de los problemas ha sido solucionado en su totalidad, pero al menos existe la comunicación cotidiana que anteriormente brillaba por su ausencia.
En mi caso, opté por silenciar el sonido del grupo -que se llama como la calle donde vivimos-, por un año, el máximo permitido, para que los mensajes que suele caer con bastante frecuencia, no se vuelvan insoportables.
Por más que la idea inicialmente no me agradó, reconozco que si bien el sistema es invasivo y en cierta medida estresante, si se lo sabe manejar con mesura trae soluciones que sin esta tecnología difícilmente lleguen. El hecho de poder acortar los tiempos es, desde mi perspectiva, el mayor logro. Un habitante de la planta baja, alguna vez, lo definió correctamente: “Es como tener una reunión de consorcio virtual”.
¡CORTARON EL GAS!
A lo largo de trece meses, las conversaciones giraron alrededor de variados temas: obras inconclusas, deficiente administración, discusiones personales entre consorcistas, felicitaciones por cumpleaños y nacimientos, saludos de fin de año, etc.. ¿Cuál es el último gran asunto? Un corte en el suministro del gas, que lleva ya dos semanas al instante de escribir estas líneas.
Una vecina usó las palabras justas apenas la noticia corrió como reguero de pólvora por los celulares: “Es frustrante vivir en este edificio”. Otra, también dio la tecla: “No tenemos paz”.
Una vez que todos se descargaron, especialmente haciendo blanco contra la empresa administradora, se llegó a la conclusión de que el corte lo efectuó Metrogas como consecuencia de que los trabajos exigidos hace más de un año, nunca se habían concretado.
Unos días después, las obras se reiniciaron. La reconexión del suministro podría demorar unos días más, comentaron los propietarios que más saben de la cuestión.
Mientras tanto, ¿cómo se arreglan los vecinos? La electricidad es sin dudas, la mejor aliada -afortunadamente no se cortó la luz- ya que a través de ella, cocinar e higienizarse no resulta tan engorroso como parecía (¿o será que ya nos acostumbramos?).
En casa, bañarse no deja de ser incómodo: hay que calentar agua en ollas y pavas, echarla en la bañera, agregarle la fría de la canilla y obtener una mezcla tibia que para salir del paso, no está nada mal. La tarea se dificulta porque en la familia somos cuatro (dos grandes y dos chicos) y los baños ya no son tan asiduos como antes de la interrupción del servicio. Pero ayuda, también, que el período invernal quedó atrás… Sin dudas, podría ser peor.
Según los comentarios del grupo, alguien compró una ducha eléctrica. Otro muchacho, confesó que se duchaba con agua fría. El fastidio por tantas complicaciones acumuladas se palpa en el ambiente. Pero la cuota de humor, por suerte, no falta. “Me está gustando esto de bañarme con agua fría, dicen que hace bien a la circulación”, escribió aquel vecino valiente, explicando paso por paso por dónde empezaba y por dónde terminaba.
Y ELLOS, ¿CÓMO HACEN?
El wathaspp se metió de lleno en nuestras vidas. Hoy, me pregunto cómo harán los vecinos que no están en el grupo (la gente mayor, sobre todo) para ponerse al tanto de las novedades en un edificio que es una caja de sorpresas constante. Increíblemente, un par de años atrás era inconcebible estar en contacto de este modo. Pero ahora que existe esta vía de comunicación, ya nos resulta tan natural, que representa un dolor de cabeza no tenerla.
Chau, hasta el próximo wathsapp…