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Clubes chicos de corazón gigante

Hoy: Excursionistas en 1993/94

En esta temporada se dio una de las grandes sorpresas de los últimos tiempos en Primera C. Los dos equipos que, por colocación en la tabla general, menos chapa de candidato habían sacado, llegaron a la final del octogonal. Excursionistas, que ingresó en el séptimo puesto, fue uno de ellos; Liniers terminó octavo. Y al cabo de dos empates 1 a 1, el conjunto que dirigía Darío Espósito sacó pasaje hacia la Primera B Metropolitana. Así, le puso fin a un larguísimo período de 22 años de frustraciones. Había descendido a la divisional en 1972. Durante muchos campeonatos asumió el rol protagónico, en busca del regreso a la B, pero la vuelta olímpica le era esquiva una y otra vez. Hasta que acaso cuando menos expectativas había generado en la previa a un torneo reducido, logró dar el salto hacia la división superior.

Altas y bajas

Pablo Centrone, que se mantuvo en su rol de entrenador, pudo contar con los siguientes refuerzos: Jorge Dopazo (Talleres); Marcos Leiva (Almagro); Cristian Martín (Juventud Unida); Gustavo Pérez (Colegiales); Carlos Rodríguez (Arsenal, volvió a Excursio, donde había estado dos temporadas atrás); y los arqueros Hernán Giménez (Lugano) y Fabián Frías (Colegiales). En el transcurso del Apertura también se incorporó el ex Defensores, Estudiantes de La Plata y el fútbol belga Ángel Ronci. Pero el hermano mellizo de Miguel apenas jugó tres partidos con la casaca albiverde.

Después de la pobre campaña ‘92/93, se alejaron numerosos jugadores, el caso de Horvath (volvió a Almagro), Caligiuri, Contreras, Cuitiño, Hernán Fernández, Roberto Fernández, Giacone, Silva y Tévez.

Poco para destacar

En el Apertura se consagró campeón el CADU. Excursionistas tuvo una marcha irregular y terminó en el séptimo puesto. En su debut, el equipo de Centrone superó 3 a 1 a Juventud Unida de local. Sin embargo, al cabo de los primeros siete encuentros en los cuales sacó 10 puntos (tres victorias y cuatro empates) el técnico dio un paso al costado, producto de una campaña que no conformaba. Luego de un partido dirigido por Oscar «Nene» Gómez (1-1 con Barracas) y un interinato de dos fechas del preparador físico Zappia, la dirigencia le entregó el buzo de entrenador a Darío Espósito, quien trabajaba en tercera e inferiores. Así, un DT con nula experiencia con un plantel superior, sería el que conduciría al equipo hacia la B Metropolitana.

No varió demasiado el panorama en el inicio de su gestión. Pero en el comienzo del Clausura, el rendimiento aumentó y la gente se ilusionó con ganar la segunda rueda. En los ocho partidos iniciales, el Verde luchaba por la punta. Invicto, acumulaba cinco triunfos y tres empates. Pero bastó que pediera dos cotejos consecutivos (con Barracas en Olavarría y Luna, y ante San Telmo, en Los Andes) para que se derrumbara en forma abrupta. La racha negativa no se detuvo, pero en la anteúltima jornada, cosechó tres puntos clave en Luján. Y pese a que en la última fecha volvió a perder con Temperley y quedó octavo en el Clasura, consiguió clasificar en el contexto de un delicado momento futbolístico y anímico.

Borrón y cuenta nueva

Frente a adversarios a priori más poderosos, en el octogonal fue haciéndose fuerte a medida que pasaban los partidos. Un serio candidato como Tristán Suárez quedó en el camino, luego de un empate en All Boys y un celebrado éxito en condición de visitante. Pero si la clasificación en cuartos de final tuvo ribetes heroicos, todavía más los tuvo el pasaje a la final, sobre todo, porque en el partido de ida el Verde venció 3 a 1 a Temperley –otro firme candidato- en la propia casa del Celeste, que era seguido por una multitud cada vez que se presentaba. En el cotejo de vuelta, el equipo de Espósito vencía 1 a 0 en All Boys. La parcialidad visitante arrojó proyectiles a la cancha y el partido se suspendió definitivamente cuando uno de ellos alcanzó al árbitro Fuenterrabia.

La final encontró a los dos participantes más débiles, de acuerdo a la posición en la tabla. Como Excursionistas sacó más puntos que Liniers en la sumatoria general, se benefició con la chance de obtener dos empates para subir de categoría. De hecho, fue exactamente lo que ocurrió. En primer lugar, igualaron 1 a 1 en Villa Constructora. Vitale le dio la ventaja parcial a los Villeros, pero el local arribó al empate y encendió una cuota mayor de incertidumbre para la revancha.

Una semana más tarde, jugando nuevamente en Pampa y Miñones, Excursionistas volvió a adelantarse en el marcador por intermedio de un cabezazo de Gorsd. El elenco de Carlos Arias volvió a empatar cerca del final (Juan Primerano fue el autor del gol, al igual que en La Matanza), por lo que los últimos minutos, estuvieron repletos de tensión en el Bajo Belgrano. Finalmente, la pitada de Daniel Vázquez dio por concluido el estado de nerviosismo, trayendo euforia al sector local y tristeza para un oponente que muy meritoria actuación había tenido en su camino por el campeonato.

Por su parte, el ascenso directo lo logró el CADU, que en la final por el título, derrotó a San Telmo, ganador del Clausura.

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