BUENOS AIRES ETER

trapitos

Una selección de momentos radiofónicos

Radio Continental. Martes 21 de noviembre, 12.35 hs.

«A ellos no les gustan que los llamen trapitos»

 

El tema del mediodía no deja de rozar algo que en la radifonía está conversado hasta el hartago: el accionar de los cuidacoches en la Ciudad de Buenos Aires. ¿Qué integrante de algún programa  radial no tuvo una experiencia al respecto y la contó en el medio en el cual trabaja? Las anécdotas en esa dirección, seguramente, salen a montones.  En la audición conducida por Maximiliano Montenegro, vuelven a poner la cuestión sobre la mesa, luego de que se conocieran datos del fin de semana: la detención de “trapitos” en las inmediaciones del estadio de Boca Júniors, la tarde-noche en que el local recibió a Racing por el campeonato de Primera División.
El staff da a conocer que se labraron 71 actas por transgredir el código contravencional que impide lucrar sin autorización en la vía pública. Fueron 24 las personas que resultaron demoradas por cobrar entre 150 y 200 para estacionar autos. “Sobre la calle Hernandarias cobraban 200, en la zona de Caminito 150 y pasando la Avenida Patricios estaban pidiendo 100 pesos”, comentan. El columnista deportivo Ariel Helueni agrega: “En River también pasa. Núñez es Núñez pero La Boca tiene lo suyo”, frase que le llama la atención a una de las integrantes femeninas de la mesa.
Llega a continuación la opinión del conductor, tan afín al pensamiento de los que alguna vez estuvieron en la misma disyuntiva: “En estas ocasiones uno no sabe qué hacer. Que cobren es ilegal pero si no les das plata, no sabés cómo vas a encontrar el auto cuando vuelvas”.
Montenegro ahonda en esos detalles que si bien se sospechan, son muy complicados de demostrar: “Si vos querés arreglarlo con una cifra menor no te dejan. Esas tarifas tiene una razón porque detrás de lo que cobran los trapitos, está lo que después le tienen que dar a la policía, que es la que los deja actuar”.
La información alude ahora a que en uno de los operativos recientes, un cuidacoches quedó preso por resistencia a la autoridad. La mayoría quedó libre a pesar de ser reincidentes. Una de las chicas describe ciertas características del modus operandi: “Generalmente no se manejan solos. A menudo hay uno que hace de campana y otro que impide que el conductor se vaya mientras un tercero le exige el dinero”.
En el cierre del bloque, una de las panelistas remata: “A ellos no les gusta que los llamen trapitos”.

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